Pedro Sánchez se jugaba mucho en estas elecciones generales. Su trayectoria así lo muestra: dimitió como secretario general de los socialistas para convertirse, poco después y de nuevo, en el dirigente del PSOE tras vencer a Susana Díaz en las primarias. Y también, tras impulsar la moción de censura contra Rajoy que le invistió finalmente como presidente del Gobierno.

No obstante, no ha estado fuera del ojo crítico ni entre los suyos. La dimisión de varios de sus ministros y su breve y difícil mandato con 84 diputados obligó a su gobierno a convocar los comicios con el objetivo de, si no gobernar en solitario, sí hacerlo de forma más cómoda con un socio de gobierno. Este podría ser Unidas Podemos, dada la sintonía que han mostrado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en sus últimas intervenciones electorales.