Llenar los recintos ha sido y es uno de los principales retos de los partidos en la carrera electoral.  "La importancia de un mitin es es la importancia de la gente que está ahi apoyando el líder, la idea a transmitir, a través de la tv y los medios gráficos, un montón de gente apoyando a un líder", explica Toni Aira, experto en comunicación política. 

Una imagen que se ha repetido en muchas ocasiones a lo largo de la democracia. Tanto PP como PSOE han apostado siempre por sus lugares talismán, como Valencia para el Partido Popular. La plaza de toros de Valencia ha sido el bastión electoral de los populares, que han intentado transmitir siempre una imagen de apoyo total a sus candidatos.

Un Palacio de Vistalegre abarrotado siempre ha sido para el PSOE su escenario fetiche. Ocurrió con José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y 2008 pero Pedro Sánchez también se ha atrevido con la plaza de toros valenciana.

Partidos tradicionales temen ahora no llenar esos espacios míticos. "El problema es que si no llenan esos espacios se puede leer en clave de fracaso y por arriesgan menos y salen a espacios más practicables que se puedan llenar con más facilidad", sostiene Aira.

Son los partidos emergentes los que intentan cambiar las reglas del juego. Podemos ya ha llenado varias veces Vistalegre, el bastión del PSOE. Un espacio nuevo para Ciudadanos, donde intenta congregar a 12.000 personas. Airaafirma que "los nuevos partidos se reinventan el concepto de mitin y los hacen más móviles, más itinerantes".  Estrategias, tradicionales o renovadas, con un mismo fin, arañar el mayor número de votos posible.