El nombre de Nadia Calviño es uno de los que más fuerte suenan para suceder a Mário Centeno en la presidencia del Eurogrupo, tras anunciar este que abandona el Gobierno luso y que, por tanto, no optará a renovar su mandato al frente de este órgano europeo, en el que los ministros económicos de la zona euro debaten cuestiones relativas a la moneda comunitaria.

Centeno anunció este martes que su etapa al frente del Eurogrupoterminará el próximo 13 de julio y que este mismo jueves informaría al resto de ministros miembros de que no optará a un segundo mandato, ya que abandonará el Gobierno luso ya el 15 de junio. También en la reunión de este jueves, agregó, comenzará el plazo para la presentación de candidaturas. La elección de su sucesor tendrá lugar el 9 de julio.

Precisamente la vicepresidenta de Asuntos Económicos española es la favorita para sustituirle, aunque de cara a su posible elección intervienen muchos factores, como el equilibrio de poder entre el norte y el sur en Europa. Contaría, no obstante, con el respaldo alemán, un apoyo fundamental, pero no hay nada decidido aún.

Desde Moncloa indican al respecto a laSexta que tener a Calviño al frente del Eurogrupo sería una buena oportunidad para España, aunque de momento evitan avanzar más detalles porque la propia ministra no se ha pronunciado todavía al respecto.

A pesar de que aún no se ha oficializado ninguna candidatura, fuentes diplomáticas citadas por Europa Press apuntan a que Calviño tendría que competir con al menos otros dos candidatos por la presidencia del Eurogrupo. De acuerdo con estas fuentes, además de la española, darían un paso adelante para suceder a Centeno el luxemburgués Pierre Gramegna -que ya se presentó hace dos años y medio- y el irlandés Paschal Donohoe, aunque ninguno de sus gobiernos ha confirmado sus respectivas candidaturas.

A la espera de conocer qué ministros optarán a presidir este órgano durante los próximos dos años y medio, fuentes comunitarias citadas por la mencionada agencia señalan que "la reputación de Calviño es irreprochable" pero que "también tiene un perfil muy pronunciado". A favor de Calviño, que en cualquier caso no tendría que abandonar el Ejecutivo para presidir el Eurogrupo, juegan sus ocho años de experiencia en las instituciones europeas, sus contactos en Bruselas y su papel de contrapeso de Unidas Podemos en Gobierno de coalición.

Beneficia también a su candidatura el hecho de que, con su eventual nombramiento, la presidencia del Eurogrupo seguiría en manos de un país del sur del bloque comunitario y de la familia socialdemócrata, aunque Calviño no está afiliada al PSOE, como tampoco lo está Centeno.

En su contra, por otra parte, juega el hecho de que España, junto a Italia, va a ser una de las economías europeas más afectadas por la crisis provocada por el coronavirus, en un momento en que las reuniones del Eurogrupo están en gran medida centradas en la respuesta europea a la pandemia.

Si la vicepresidenta finalmente fuera elegida se convertiría en la cuarta persona en ocupar la presidencia del Eurogrupo desde su creación en 1998, así como en la primera mujer y la primera española en hacerlo. Preguntada en febrero sobre una posible candidatura, Calviño no quiso entrar en especulaciones: "Creo que no tenemos ningún interés en entrar en este tipo de especulaciones. Yo, por mi parte, no dedico ni un segundo de mi día a pensar en estas cuestiones", dijo.