Su partido está en la diana y a Esperanza le da por intensificar las prácticas de tiro. En esta reunión disparó contra casi todos. Los que asistieron al Comité de dirección del PP madrileño aseguran que fue un encuentro de alta tensión, muy subido de tono.
La primera bala fue para Ana Mato. En privado, Aguirre dijo que ella la hubiera destituido como ministra de Sanidad. Fuera, ante los periodistas, fue mucho más cauta. "La dimisión es una cuestión personal, es la ministra la que tiene que decidir".
Segunda bala, para Cospedal. No le gusta como está gestionando el 'caso Bárcenas'. Y eso que el Partido está muy nervioso. "Con 22 millones en Suiza, imagínese como estamos, una preocupación inmensa", aseguro Aguirre. La expresidenta de la Comunidad de Madrid pidió a Rajoy que se querelle contra el extesorero.
Durante sus vacaciones, parecía haber desconectado del todo; pero ahora, Aguirre no se pierde ni un detalle del caso. Se ofrece para abanderar la regeneración política en nuestro país. "Que cuenten conmigo, que hay demasiado corrupto que se va de rositas".
En su última rueda de prensa, Aguirre estuvo sonriente, suelta, y siempre con una botella de agua en la mano. Otra Botella, la alcadesa de Madrid, también recibió un dardo. "Si se siente poco apoyada, le dijo en privado Aguirre, que reflexione sobre su gestión de la crisis del Madrid Arena". Aguirre dice confiar en la palabra de Rajoy, no cree que él cobrara sobresueldos. Aunque por ahora, guste o no al partido, no parece dispuesta a morderse la lengua.