"La gente que sea golfa pues que se preocupe. Pero el que aparca mal, no es lo mismo. Ahora resulta que en la España de los ERE, de los Pujol y de los Gürtel, ¿la delincuente soy yo?". Esta declaración, realizada Esperanza Aguirre en septiembre de 2014, forma parte de la extensa conversación que la expresidenta madrileña mantuvo con el excomisario Villarejo, que tuvo por objetivo urdir un plan con el que archivar la causa abierta contra ella tras aparcar en un carril bus de la Gran Vía madrileña para sacar dinero y darse a la fuga cuando agentes de la Policía Municipal iban a multarla por la infracción.

Una conversación en la que, además de confabular para que no se pidieran diligencias por este caso, Aguirre y Villarejo aprovecharon para hablar de las corruptulas y operaciones ilícitas de aquellos que habían formado parte, de una forma u otra, del Gobierno de la expresidenta. Es en este intercambio de impresiones donde aparecen nombres como el de Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid; Francisco Granados, exconsejero de Presidencia, Justicia e Interior; o Alfredo Prada, exvicepresidente y exconsejero del Gobierno de Aguirre.

"Lo mismo que lo tuyo me parece una auténtica pasada y una tomadura de pelo, porque no has hecho nada, en el tema de Ignacio González no es así", señala Villarejo a Aguirre, detallando que "se lo ha llevado y de gordo, y en 20.000 cosas y en 300.000 operaciones". La expresidenta madrileña muestra su pesar por la situación: "La que le ha puesto ahí soy yo... convencida de que le había mirado por delante y por detrás y no tenía nada". Y en este momento Villarejo le cuenta que intentó ayudarle, a pesar de que él no hizo caso ninguno a su plan.

Según se le escucha decir en la grabación a la que ha accedido 'El País', Villarejo habló con él en 2011 y le dijo "cómo tenía que arreglarlo": "Le dije: 'Haz un contrato que no has hecho, haz las trasferencias como si estuvieras pagando el alquiler, que no lo has hecho, no te vayas a la…'. Hace dos meses ha estado aquí el testaferro para preparar la declaración, yo he estado ayudándole (...)". Aquí, Aguirre y Villarejo introducen el nombre del empresario y presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, y del promotor Fernando Martín: "Que ese señor es un testaferro, que se lo ha sugerido Cerezo, y todo eso, estoy segura de que es así".

"Fernando Martín pagó a Cerezo, y Cerezo paga al testaferro", le subraya Villarejo a Aguirre, quien responde: "Pero a Fernando Martín tampoco le hemos dado nada". El excomisario corrige a la expresidenta: "Sí, Arganda, la Operación Arganda (presunta trama en el Ayuntamiento de Arganda por la que se amañó en 2004 un concurso de suelo a favor de Martín que vendió poco después a cambio de plusvalías millonarias, aunque no quedó acreditado que en esa operación se pagaran comisiones ilegales a González), por la que está imputado". Ella asegura que eso es anterior a su llegada al Gobierno, "y por supuesto a la de González", pero tuvo lugar un año después de que Aguirre y González llegaran al Gobierno madrileño.

Así sigue Prada, cobrando sobresueldos en el PP. Por eso lo eché; Granados también, por eso lo eché"

Esperanza Aguirre (expresidenta Madrid)

No son los únicos nombres que aparecen en la conversación entre Aguirre y Villarejo. "El otro es un choricete, ¿eh? El Prada", dice el excomisario. Según 'El País', en el momento en que se produce este encuentro Prada todavía no está imputado por corrupción en el caso Ciudad de la Justicia (se hará en 2019) ni se enfrenta a la petición de la Fiscalía de ocho años de prisión. Pero Aguirre ya tiene claro qué clase de persona es: "Total, ese (Prada) sí que lo era, ese sí que adjudicó la Ciudad de la Justicia...". "Por el morro", añade Villarejo, y Aguirre insiste: "Ese sí que sí. Y así sigue, cobrando sobresueldos en el PP (...) Ese sí. Por eso lo eché".

"Granados también, por eso lo eché", precisa la expresidenta de la Comunidad de Madrid. Esta declaración, como las otras, resulta de lo más curiosa atendiendo al contexto en el que se produce: en septiembre de 2014, momento de la reunión entre Villarejo y Aguirre, ya era público que Granados contaba con una cuenta en Suiza donde desviaba el dinero. Pero cuando a Aguirre, en el marco de su imputación por el caso Púnica, le preguntan por qué le apartó, ella aseguró que lo hizo por filtrar información a la prensa, pero en ningún momento mencionó lo que ya parecía saber, según se desprende de la conversación con el excomisario.