Los partidarios de Castillo aseguran que estaba drogado durante el intento de golpe. Su asesor y amigo, Guillermo Olivera, señala que, además de tembloroso, estaba sedado. "Unos minutos antes le dieron una bebida, una supuesta agua, y después de beber el agua se sintió como atontado", ha explicado.
Es más, según su exasesor Guido Bellido, el propio Castillo le habría dicho que ni siquiera recuerda lo que leyó. "El presidente no recuerda. No sabemos quién ha conspirado, pero él no recuerda. Me lo ha dicho con sus propias palabras", asegura. Defiende que él tampoco había escrito las palabra que leyó.
Unas horas después de que su asesor realizase estas sorprendentes declaraciones, una furgoneta ha llegado a la prisión en la que está detenido Castillo desde el miércoles. En el vehículo iban los médicos que le van a realizar un examen toxicológico para saber si había ingerido alguna sustancia.
La situación no hace más que disparar la tensión en las calles. Los partidarios de Castillo han formado barricadas y bloqueado carreteras exigiendo unas elecciones anticipadas, una alternativa que no descarta la actual presidenta de Perú, Dina Boluarte.
"Si la sociedad y si la situación amerita adelantar las elecciones, en conversación con las fuerzas democráticas y políticas del Congreso, nos sentaremos a conversar", ha declarado ante las cámaras al mismo tiempo que ha pedido calma.