Después de 71 años del final de la Segunda Guerra Mundial siguen rindiendo homenaje a las víctimas del holocausto. Quienes consiguieron sobrevivir al horror nazi son ya muy mayores y, según denuncia la Organización Mundial para la Compensación de los Judíos, muchos han caído en el olvido de las administraciones y no están recibiendo las indemnizaciones que hace siete años 47 países se comprometieron a ofrecerles.

Les expropiaron edificios, joyas, dinero... bienes que ya nunca más han podido recuperar. Eva tenía apenas unas semanas de vida cuando, junto a su madre y su hermano, logró salvarse del Holocausto. Nació en Budapest y gracias a la correspondencia que su madre mantuvo con su abuela, residente entonces en Madrid, pudo sobrevivir al exterminio. "Se enteró de unas casas de acogida para gente que tuviera relación con España y mostró sus cartas con sello español", explica Eva Benetar.

Una red de ayuda que puso en marcha un diplomático español. Ángel Sanz Briz, que indignado por la situación de los judíos, salvó de una muerte segura a casi 2300. "Le debo la vida, si no mi madre, mi hermano y yo no hubiéramos sobrevivido", destaca Eva. Briz, salvó, incluso, a más personas que el afamado Oskar Schindler.