Vinicius era estudiante de educación física, jugaba al Rugby y era voluntario en un proyecto con personas mayores. Fue a la fiesta con su hermana y unos amigos. Tras comprobar que su hermana está bien, no lo dudó dos veces: entró dentro a intentar salvar a todos los que pudo.

Lo malo es que no lo puede contar. Acabó por no poder salvarse a sí mismo. Su funeral ha sido multitudinario. Los que le conocían le describen como una persona divertida, bromista, el alma de la fiesta. Su familia reconoce que nunca se hubiera perdonado sobrevivir sin haberse arriesgado a ayudar a los demás. Por eso, prefieren recordarle con una sonrisa y pensar que sigue viviendo en esas 14 personas que hoy pueden contarlo gracias a este héroe. Los bomberos lo rescataron, pero murió en la ambulancia.