Alerta mundial por la escasez de ayuda humanitaria. Según World Vision International, las raciones de comida se han reducido, y se basan en en arroz y frijoles. No hay ni carne, ni pescado ni leche en ellas, sino que están diseñadas para no morir de hambre, ante la falta de dinero y el encarecimiento en un 44% de los alimentos.
André es una niña que se ha hecho mujer a la fuerza. La menor lleva mucho tiempo viviendo en un campamento de refugiados, donde antes, al menos, tenían algo para comer. "El Programa Mundial de Alimentos y World Vision entregan comida para evitar la muerte directa de desnutrición", expresa al respecto Eloísa Molina, miembro de World Vision ONG.
De esta forma, la dieta se basa en arroz y frijoles, mientras que no hay nada de carne, pescado o leche. Por ello, estos niños no se desarrollarán como otros, pero, al menos, no se morirán de hambre. El problema es cuando ni esa nutrición básica llega o se reduce, y las niñas, como André, intentan ayudar a sus familias, con graves consecuencias: "Entré en el bosque a buscar leña y unos hombres nos atacaron". La menor tuvo que dormir esa noche con ellos y, desde entonces, ya no es la misma.
Se dispara el número de violaciones y matrimonios infantiles
El recorte en las raciones humanitarias ha disparado las violaciones y los matrimonios infantiles. Además, muchas madres tienen que acostar a sus hijos llorando de hambre, algo demasiado duro. En este sentido, Eloísa Molina, miembro de World Vision ONG, alerta de que "el número de suicidios o de intentos de suicidios de madres monoparentales es una de las cosas de las que hay que ocuparse".
Mientras, el Programa Mundial de Alimentos reconoce que no llega, y lamenta que están tan al límite que ahora mismo cualquier familia que consiga por sus medios un cuenco de arroz al día ya está fuera de esta ayuda. En este sentido, los numerosos conflictos activos tampoco ayudan. "En la actualidad, de los 280 millones de personas que están en inseguridad alimentaria aguda, el 70% están en zonas de conflicto", subraya al respecto Manuel Sánchez, de Acción contra el Hambre. La solución a esta terrible situación es complicada en un mundo en el que solo crecen las guerras.