Día de partido. Miles de personas salen a la calle con un pensamiento de ilusión, los pubs se llenan hasta torcer el aforo y las banderas y las bufandas decoran el entorno. Inglaterra está a expensas de que el balón eche a rodar, pero el temor a una posible derrota no solo preocupa al aficionado. También a las víctimas de violencia machista.

Según ha explicado el Centro Nacional para la Violencia Doméstica del Reino Unido (NCDV, por sus siglas en inglés), los días en los que la selección nacional juega un partido de fútbol los abusos de violencia machista crecen un 26%. Y eso aunque ganen.

La estadística es todavía más estremecedora con un resultado negativo: los abusos domésticos ascienden hasta un 38%. Razón por la que las propias víctimas ya se han movilizado durante la Eurocopa celebrada este año, cuya final además se disputó en Londres y con la selección optando al título. Título que finalmente viajará a Italia, pero que podría haber dejado en muchas mujeres un daño que va mucho más allá de lo futbolístico.

La violencia machista va más allá del fútbol

Así lo han expresado asociaciones como 'Refuge Against Domestic Violence' (Refugio contra la violencia machista), cuya directora, Ruth Davison, advertía de la preocupación "a medida que Inglaterra avanza en la Eurocopa". Ahora bien, en declaraciones al rotativo británico Evening Standard, la responsable recuerda que la violencia machista no encuentra su explicación en algo tan inocuo como un partido de fútbol.

"Seamos muy claros, nunca hay una excusa para el comportamiento abusivo, y el abuso no viene 'por citas', sino que sucede todo el año", indica Davison. Pero el detonante sigue estando ahí: "Aunque los torneos de fútbol no provocan el maltrato -el maltrato es siempre una elección del agresor-, pueden exacerbar comportamientos abusivos preexistentes".

Campañas de concienciación

Se trata de un hecho que ha preocupado tanto en el entorno de la defensa de las víctimas de violencia machista que ha llevado a ciertos entes gubernamentales a movilizarse. Sin ir más lejos, pasado 14 de junio, con el torneo continental aún en sus inicios, el Ayuntamiento de Coventry, en el centro de Gran Bretaña, y los Servicios de Maltrato Doméstico de la ciudad se unieron para denunciar la relación entre los partidos de fútbol y la violencia.

En esta línea, ambas entidades recalcan que los torneos internacionales, "para muchos suponen un momento de positividad, comunidad y orgullo nacional, pero los datos demuestran que durante estos eventos suelen aumentar los incidentes de maltrato doméstico".

Esto, asimismo, se asocia con otro hecho, recogido por la London School of Economics and Political Science: durante experiencias previas, como la copa del mundo de 2014, las campañas de concienciación ante los partidos ya estaban en auge, portando además un contundente mensaje: "Si Inglaterra es golpeada, ella también lo será".

Son varias las mujeres que, a sabiendas de la crudeza de la situación, incluso se han ofrecido a ofrecer cobijo a quienes piensen que pueden estar en riesgo por el resultado del encuentro. "Si cualquier mujer en el este de Londres está preocupada esta noche, mensaje directo y damos una coartada para quedarse en nuestra casa", escribe una usuaria en su cuenta de Twitter.

"Cualquier mujer cerca de la ciudad de Nottingham, escribidme, voy a estar comprobando a lo largo de la noche. No tengo una gran cantidad de espacio, pero podemos hacer que funcione", escribe otra.

Con la Eurocopa ya terminada, se temía que las estadísticas siguieran el mismo patrón. Ayer Inglaterra fue golpeada en el estadio de Wembley, en un fatídico final en el punto de penalti. Aunque pasado el partido —que en eso se queda, un partido—, el deseo es otro: que ninguna otra mujer haya sufrido violencia.