Guerra en Gaza
Israel lleva al límite a los hospitales gazatíes: la brutal imagen de recién nacidos hacinados en la incubadora
Los detalles Debido al asedio israelí, los médicos palestinos se ven forzados a juntar varios bebés en la incubadora para que puedan seguir viviendo ante la notoria falta de recursos.

Resumen IA supervisado
Israel negocia una tregua con Hamás, pero los ataques continúan, afectando gravemente a la población de Gaza, especialmente a los niños. En el hospital Al-Helou, la escasez de recursos obliga a compartir incubadoras entre cuatro bebés, lo que aumenta el riesgo de enfermedades y pone en peligro sus vidas. La situación es crítica debido al bloqueo israelí que impide la entrada de combustible, esencial para los respiradores. Zias al-Masry, pediatra del hospital, describe el panorama como catastrófico. Solo han llegado 75,000 litros de combustible tras 130 días, insuficientes para cubrir un día de necesidades, según la ONU.
* Resumen supervisado por periodistas.
Israel está negociando una tregua con Hamás y Benjamin Netanyahu asegura que el acuerdo está cerca. Pero como no está cerrado, los ataques no cesan y la población gazatí no tiene ni un respiro. Y los más vulnerables en esta situación son los niños gazatíes.
Pone los pelos de punta la imagen de hasta cuatro bebés compartiendo incubadora, hacinados, en el hospital y solo separados por un empapador doblado a consecuencia de los escasos recursos con los que los médicos palestinos pueden tratar a los pacientes. Son recién nacidos que deberían tener su propia incubadora, pero la tienen que compartir hasta con otros tres neonatos.
Una decisión extrema, provocada por el asedio israelí, que implica demasiados riesgos para estos recién nacidos que ya llegan a la vida desnutridos y con los pulmones sin desarrollar. "Nuestra situación es catastrófica: el hacinamiento de niños provoca la propagación de enfermedades y la incapacidad de atenderlos, lo que los pone en peligro directo", alerta Zias al-Masry, pediatra del hospital Al-Helou.
Es esto o morir porque su vida depende de una máquina, de respiradores que necesitan una energía que no hay porque Tel Aviv bloquea la entrada de combustible. Este hacinamiento, de momento, es la única esperanza de mantenerlos vivos aunque no saben si será cuestión de horas o de minutos.
"Si se corta el combustible, los equipos que utilizamos dejarán de funcionar, lo que afecta directamente a la vida de nuestros hijos", advierte el pediatra.
Un grito desesperado de ayuda y de humanidad que Israel ignora. En las últimas horas y después de 130 días, solo han entrado 75.000 litros de combustible. "No es suficiente para cubrir ni siquiera un día de necesidades energéticas", asegura Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU.
Un grano en un desierto en el que el tiempo se agota para estos pequeños. Luchando nada más nacer, por seguir vivos.