La guerra de Ucrania podría llegar a su fin tras más de dos años de conflicto bélico, aunque con muchos peros y trampas. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha pedido públicamente que se reaunden las negociaciones de paz con Ucrania justo cuando sus tropas avanzan tanto en el corazón del Donbás como en el segundo frente que el ejército ruso ha abierto en la región nororiental de Járkov.

"Las discusiones se han reanudado y es necesario volver a hablar. Deben reanudarse no sobre la base de lo que una parte quiera, sino basándose en los acuerdos alcanzados al principio en Bielorrusia y Turquía (en la primavera de 2022) y que reflejen las realidades que han surgido sobre el terreno", ha aclarado Putin.

¿Cuál es la realidad sobre el terreno a la que se refiere Putin? A pesar de que Putin haya tendido la mano a un tratado de paz, el Kremlin ha avanzado de forma especialmente considerable en los últimos meses en su guerra contra Ucrania. Ahora mismo tiene invadida buena parte del del Sur y del Este: la zona del Donbás casi al completo, y ciudades clave como Mariupol.

Kilómetros y kilómetros que han conquistado a base de violencia que no les pertenece. En ningún caso, cumplen con la ambición inicial de Putin cuando empezó la invasión: crear un gran corredor territorial desde el Donbás hasta la frontera con Moldavia. Concretamente hasta Transnistria. Ahora Rusia está en esas zonas, pero no las controla por completo.

Este movimiento de Putin genera muchas incógnitas. ¿Por qué ahora el presidente de Rusia se muestra abierto a reanudar las conversaciones con Ucrania para llegar a un acuerdo de paz? ¿Cuál es la situación real de la guerra para que Putin lance esta oferta justo en este instante?

Sara Núñez de Prado, profesora de Historia Contemporánea en la Universidad Rey Juan Carlos, ha explicado los motivos ocultos que han movido al presidente de Rusia a tender la mano a Ucrania. En primer lugar, la posición favorable de Kremlin frente a su enemigo que ha avanzado más que en momentos anterior y, por otro lado, la posición de debilidad de su rival en lo que respecta a sus tropas. También entra en juego el contexto internacional y el mar de dudas que giran en torno a el cansancio de los principales aliados de Ucrania: la Unión Europea y Estados Unidos.

Si lograra mantener todo el terreno invadido, toda esa zona del este y del sur de Ucrania él puede venderlo ante su país como una victoria

El contexto interior de la propia rusa es otro aliciente para llevar a cabo este movimiento estratégico. "Parece que favorece más que las cosas se queden como están, en vez de seguir luchando con un final que probablemente sea casi el mismo en un futuro", ha recalcado Sara Núñez de Prado.

Un pacto de paz que Putin vendería como una victoria ante su pueblo. "Si lograra mantener todo el terreno invadido, toda esa zona del este y del sur de Ucrania él puede venderlo ante su país como una victoria". A pesar de que no ha cumplido objetivos, cualquier cosa que arranque a Ucrania es sinónimo de triunfo y, sobre todo, que "lo que no puede hacer es llegar con las manos vacías".

Por tanto, la paz con Ucrania estaría manchada y camuflaría la intención de Putin de apropiarse del territorio invadido. Ahora la pelota está en el tejado de Zelenski. El presidente tendrá que lidiar con el pacto que le ofrecerá Putin y con las presiones tanto de la Unión Europea como Estados Unidos para que firme el tratado de paz con Rusia y, por extensión, la pérdida de las zonas que pertenecen a Ucrania.

¿Ucrania aceptará la paz?

Sara Núñez de Prado ha explicado que Zelenski se encuentra entre la espada y la pared y que seguramente se siente y ceda dichos territorios a Rusia: "Probablemente sí, porque dada las circunstancias, el tiempo que lleva y el cansancio de las potencias, la última opción que queda es la de negociar. Negociar y darle algo a Putin para que pueda volver a casa con las manos llenas. El problema es si se va a quedar ahí o va a pedir más".

El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, ha publicado en su cuenta de X que la intención de Putin es dejar en un segundo plano la Cumbre de la Paz que se celebrará en Suiza el próximo 15 y 16 de junio: "Putin está tratando desesperadamente de descarrilar la Cumbre de Paz que se celebrará en Suiza los días 15 y 16 de junio. Tiene miedo de su éxito. Su entorno envía estas falsas señales de supuesta disposición a un alto el fuego a pesar de que las tropas rusas continúan atacando brutalmente a Ucrania mientras sus misiles y drones llueven sobre ciudades y comunidades ucranianas".

En cuanto a la reacción del pueblo ucraniano, la palabra que más se repite es desconfianza. Los ciudadanos de Kiev temen que se vuelva a repetir el escenario de 2014 con Crimea, es decir, que se congele el conflicto para que dentro de unos años Rusia vuelva a atacar para apropiarse del territorio en cuestión; sin embargo, el cansancio y los más de dos años de guerra empiezan a notarse. Esto sumado a que su país vive el momento más crítico, los ciudadanos de Ucrania no descartan que estrechar la mano con Putin y ceder el territorio en cuestión sea la única alternativa para poner fin al conflicto bélico que ha masacrado su país.