"Lo grave, lo penosamente grave, es la inminencia de guerra abierta (...) El presidente autoproclamado en Venezuela (Guaidó) o es muy joven o tiene atrás la seguridad que da sin ambages el ejército de Estados Unidos", sostuvo el político durante su audición radial semanal a través de la emisora M24. Para Mujica, todavía "está muy fresca" la afirmación que hizo la pasada semana el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que "todas las opciones" estaban sobre la mesa en el caso de Venezuela.
"Ante tanta información, absolutamente secundaria, hay que subrayar lo central. Parecería que quieren convencerse y a su vez convencernos a todos, de que la ilegitimidad eventual de unos se sustituye con la ilegitimidad de otros y todo esto tiene (...) latente una supuesta causa sacrosanta, la democracia, como siempre se ha hecho en vísperas de cualquier invasión", apostilló.
Recordó que antes "se levantaba el pendón del cristianismo (...) o de la civilización, como la triste historia de la (Guerra de la) Triple Alianza (1865), que aplastó a Paraguay", y que "hoy esa política se sustituye por un discurso de democracia", ya que siempre hay "una pantalla poco discutible para levantar en el horizonte". Subrayó que "atrás de la guerra siempre se mueven intereses" y que la democracia por la que se clama tiene "olor a petróleo" y puso a Libia como un ejemplo que "está todavía fresco".
"La verdad cruda, dura, descarnada es que lo más conservador de Estados Unidos no puede aceptar que China (y Rusia) terminen manejando el destino del petróleo venezolano. Esta es la causa profunda de la impaciencia que ha atacado a Estados Unidos", resaltó. "El hermano del norte, poderoso, no puede soportar que el sol naciente de oriente maneje el petróleo venezolano, entonces surge el grito desesperado de la democracia, que funciona como pantalla emotiva en estos tiempos globalizados donde el capitalismo financiero con algoritmos y sin emociones indica y decide donde y cuando se invierte", añadió.
Para Mujica, "el odio amputa la inteligencia" y no deja ver lo esencial, como en el caso de las sanciones económicas -ya aplicadas en distintos grados a Venezuela por parte de Estados Unidos- que "castigan los pueblos y fanatizan los Gobiernos", y citó como ejemplo a España durante la dictadura de Francisco Franco (1936-1975).
Es por ello que Mujica apoya la postura del actual Gobierno uruguayo, que evita pronunciarse en favor de Guaidó o Maduro y que aboga por una solución pacífica para el conflicto que vive el país caribeño y que se agravó después que, en la pasada semana, el jefe del Parlamento venezolano se autoproclamara presidente interino del país y fue reconocido por muchos países, entre ellos Argentina, Brasil, Paraguay y EEUU.
Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, insistió en establecer diálogos para buscar salidas a la crisis política, incluidas conversaciones con Estados Unidos, país con el que Maduro rompió relaciones la semana pasada. Sin embargo, Guaidó dijo el sábado que no aceptará un diálogo "falso" con el Gobierno chavista ni elecciones "que no tengan las condiciones reales", dos de las opciones puestas sobre la mesa para destrabar la crisis en el país.
En ese sentido, Mujica apuntó que no existe voluntad política en el país caribeño para poder solucionar la crisis, ya que al régimen venezolano "no se le deja otro camino eventual que morir peleando", lo que "termina acorralando hacia la guerra". "¿Quién con sentido común hoy puede asegurar elecciones libres para todas las tendencias en Venezuela? ¿Quién puede asegurar impunidad hacia atrás y hacia adelante tentando que lo que es confrontación se transforme en oposición? No veo otro camino que de garantía (sino la) ONU con su consejo de seguridad comprometido y con firmeza", reflexionó.
Para el exguerrillero tupamaro, un dialogo solo sería posible a través de "una especie de junta ejecutiva donde estuvieran todas las tendencias, pero fuertemente monitoreada y garantizada por las Naciones Unidas". "Sin embargo, nada de esto podrá acontecer porque Europa no esta participando en esta región, pudorosamente da la impresión de lavarse las manos (...) La gran pregunta es, la guerra, en este caso, ¿será una inversión?", agregó.
Según el exsenador, "la peor alternativa es la guerra" porque pagan sus costos, la sufren y se mueren "los que no tienen responsabilidad". "Solo la política puede evitar la guerra, pero tiene que haber voluntad y compromiso (...) Lo más fuerte es evitar la guerra que a esta altura parece muy difícil y transformar la confrontación en oposición en lucha republicana naturalmente (...) Los seres humanos hemos demostrado vastamente (ampliamente), por un lado, que podemos ser los animales más inteligentes y, por momentos más sublimes pero también los más estúpidos, los más idiotas y los más egoístas", concluyó.