Infancias que se pierden
Mohammed, el niño de un año que pesa como uno de tres meses y cuyo rostro muestra el horror en Gaza
Los detalles Este pequeño "sufre malnutrición y su peso ha caído a solo seis kilos (...) por la falta de comida" en el enclave palestino donde Israel bloquea la entrada de ayuda humanitaria.

Resumen IA supervisado
En la Franja de Gaza, la imagen del pequeño Mohamed se ha convertido en símbolo del horror. Con solo un año y medio, pesa seis kilos, lo que correspondería a un bebé de tres meses, debido a la malnutrición severa que sufre por la falta de alimentos. Su madre, impotente, relata que no puede costear la medicación prescrita y que las farmacias están desabastecidas. Mohamed y su madre viven en una tienda de campaña sin colchón, mientras ella recuerda que su hijo solía ser un niño alegre antes de la guerra. La situación es crítica, con uno de cada cinco niños en Gaza desnutrido, agravada por el bloqueo israelí que impide la entrada de alimentos. La infancia de muchos se pierde en medio del conflicto y el silencio.
* Resumen supervisado por periodistas.
En las imágenes sobre estas líneas aparece la que se ha convertido en la cara del horror en la Franja de Gaza. Se trata del rostro del pequeño Mohamed, la cual ilustra ese genocidio por inanición que sufren la población gazatí. Y es que este niño "sufre malnutrición y su peso ha caído a solo seis kilos. Todo por la falta de comida", lamenta su madre, Hideya al-Mutawwaq.
El hambre lo consume lentamente. Prueba de ello que esté demacrado, con poco más que piel y huesos. Mohammed tiene un año y medio, pero pesa lo que un bebé de tres meses. De hecho, le dan un biberón vacío para engañar a ese hambre que amenaza su vida. "Me quedé con él en el hospital hace dos días y le prescribieron medicina. Pero no me lo podía permitir. No hay en las farmacias", explica la mujer.
Ni siquiera está en un hospital ya, por lo que malvive con su madre de prestado en una tienda de campaña. Allí, no tienen ni un colchón sobre el que tumbarse. Ahora, su madre lamenta que su hijo "antes de la guerra era un niño normal", que solía reír como cualquier niño hace", al tiempo que pide ayuda para que su pequeño no acabe como Amal.
Este otro pequeño pesaba menos de la mitad de lo que debía y ya no está para contarlo. Escalofriantes historias que confirman las cifras, pues uno de cada cinco niños en Gaza está desnutrido. Datos que cada día a medida que pasan se vuelven más terribles, ante el bloqueo a la entrada de comida que ejerce Israel. En definitiva, infancias que se pierden gota a gota, entre estruendos de bombas y silencio.