Muertes provocadas y evitables
El hambre, en imágenes: Gaza al borde del colapso mientras la ayuda permanece bloqueada a solo unos kilómetros
Los detalles Las imágenes que llegan desde la Franja muestran una población completamente devastada: cuerpos consumidos por la inanición, bebés desnutridos y personas que se desploman en plena calle. La ONU denuncia que hay comida suficiente retenida en la frontera, pero el bloqueo impide que entre.

Las últimas imágenes que llegan desde Gaza son insoportables. No solo por la crudeza de los cuerpos consumidos por la inanición, sino por la certeza de que todo esto es evitable. El hambre no es una consecuencia colateral de la guerra: en Gaza, es una estrategia de asfixia deliberada.
A medida que pasan los días, se acumulan las muertes por desnutrición. Personas desplomadas en plena calle, niños con los huesos marcados, adultos sin fuerzas siquiera para caminar. La escena que más ha impactado en las últimas horas es la de un hombre con discapacidad encontrado sin vida sobre su silla de ruedas. Murió por falta de alimento. Su cuerpo, reducido por la inanición, recuerda a las peores imágenes del Holocausto. No es una comparación gratuita. Es una realidad.
En directo, un periodista de 'Al Jazeera' mostraba cómo una mujer se desmayaba en plena vía pública. Poco después se confirmó que había fallecido. Ya no hay energía, no hay resistencia física, no hay comida. Quienes consiguen llegar a los puntos de reparto terminan colapsando al no poder sostenerse más. No hay cifras oficiales, pero las ONG hablan de un aumento dramático de desmayos y muertes silenciosas.

La situación se agrava con precios inasumibles: un kilo de arroz o de harina cuesta 30 dólares; las lentejas, 23. Una simple loncha de pan cuesta tres dólares. No es que no haya comida en la región. La hay. De hecho, a las puertas de Gaza hay más de 6.000 camiones de ayuda humanitaria bloqueados. Llevan semanas esperando autorización para entrar.

"Tenemos comida suficiente para alimentar a toda la población durante tres meses", asegura Irene Martínez, portavoz de la UNRWA. "Pero está todo retenido. La población no puede asumir estos precios y no hay disponibilidad real dentro de la Franja".
La denuncia es clara: Israel está usando el hambre como un arma más en su ofensiva. Y el mundo, mientras tanto, sigue mirando hacia otro lado. Lo que está ocurriendo en Gaza no es una crisis humanitaria, es una hambruna provocada. Es una forma de exterminio.