Miles de personas se han congregado en el conjunto megalítico Stonehenge, al suroeste de Inglaterra, para dar la bienvenida al invierno y ver el primer amanecer después del solsticio, la noche más larga del año.

Vestidos con tradicionales atuendos, algunos de ellos como druidas, los asistentes no pudieron disfrutar del sol debido a la densa niebla.

La responsable de Stonehenge en el organismo gubernamental Patrimonio Inglés, Kate Davies, agradeció a los "más de 5.000 asistentes" que acudieran a festejar el solsticio.

"Fue una agradable y pacífica celebración pese a la humedad del tiempo", comentó, al tiempo que aplaudió "ver a tantas familias disfrutando de la música y cantando alrededor del templo".

Davies animó al público a volver a Stonehenge durante las fiestas navideñas así como el año que viene, aunque informó de que se cerrará este espacio el 24 y 25 de diciembre.

El monumento es visitado anualmente por más de un millón de personas y miles acuden a las ceremonias que dan la bienvenida a los solsticios de verano e invierno, según marca el ancestral calendario druida.

La luz solar dura en el solsticio de invierno inglés sólo siete horas, 49 minutos y 41 segundos, mientras que el día más largo del año en verano, que se celebra cada 21 de junio, puede prolongarse más de nueve horas.

Aunque el solsticio dura el día entero, el momento exacto en el que ocurre es cuando el Sol alcanza el cenit sobre el hemisferio del Trópico de Capricornio.

Stonehenge, ubicado en el condado inglés de Wiltshire y conocido como El Templo del Sol, tiene unos 5.000 años de antigüedad y fue declarado como patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1986.