El anuncio simultáneo hecho por Obama desde Washington y Castro desde La Habana fue calificado de "histórico" por Gobiernos y organismos internacionales como la ONU y la OEA. La "gran noticia", como la calificaron muchos, sorprendió a todos, pese a que en la facilitación del acuerdo intervinieron terceras partes, fundamentalmente el papa Francisco y el Gobierno de Canadá, país donde se celebraron varias reuniones secretas.
Las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y Brasil, Dilma Rousseff, nunca pensaron que iban a ver una reconciliación de Cuba y Estados Unidos, según reconocieron en la ciudad argentina de Paraná, donde hoy se celebró una cumbre de Mercosur.
Para el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ambas partes han demostrado una "enorme altura de miras". Insulza exhortó al Congreso estadounidense, que tendrá mayoría republicana en la próxima legislatura, a "adoptar las medidas legislativas necesarias para levantar el embargo en contra de Cuba, que aún permanece en vigor".
Para el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, "ha llegado el momento de pensar en un relanzamiento de las relaciones hemisféricas con Estados Unidos". El presidente de Uruguay, José Mujica, comparó la envergadura histórica del acercamiento entre Obama y Castro con la caída del Muro de Berlín, pero en Latinoamérica, y afirmó que su país puso "su humilde granito de arena" en el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
El jefe de Estado de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, apuntó que este giro político de Obama puede abrir "un nuevo momento en el diálogo entre Estados Unidos y América Latina". La presidenta argentina, Cristina Fernández, aplaudió la "decisión inteligente" del presidente Obama y también elogió al Gobierno cubano, porque en este proceso de normalización con Estados Unidos ha actuado "con absoluta dignidad y en un pie de igualdad". Para la jefa de Estado brasileña, "éste es un momento que marca un cambio en la civilización".
El Ejecutivo chileno aplaudió un "paso histórico y tremendamente positivo" que "abrirá nuevos espacios para un mayor entendimiento hemisférico". En general, los gobiernos latinoamericanos responsabilizaron en su mayoría a Estados Unidos por la falta de normalidad en las relaciones con Cuba, rotas desde 1961, y consideraron que su política de embargo y aislamiento de la isla fue en el mejor de los casos equivocada o ineficaz. "Hay que reconocer el gesto de valentía del presidente Barack Obama", quien ha dado "quizá el paso mas importante de su Presidencia", subrayó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. "Es una rectificación histórica", agregó.
El Gobierno de Nicaragua destacó que "se abre una etapa nueva en la historia de nuestra América y el Caribe", pero también indicó que el anuncio representa la restitución "al pueblo cubano, de derechos y reconocimientos que habían sido usurpados por las autoridades norteamericanas".
"El bloqueo (embargo) no castigaba a los gobernantes sino al pueblo cubano", opinó, por su parte, el presidente del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), el diputado panameño Elías Castillo. Para el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el "acuerdo histórico" alcanzado hoy entre Estados Unidos y Cuba para restablecer sus relaciones diplomáticas "es signo de paz, progreso y desarrollo".
"Día de buenas noticias en la Patria Grande", escribió en Twitter el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, para referirse al anuncio de Obama y Castro y al cese el fuego declarado por la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC). El presidente de Perú, Ollanta Humala, calificó de "decisión valiente e histórica" el acercamiento entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, porque "abre un nuevo escenario en el proceso de integración de América Latina". "Además, se inicia un diálogo político estratégico en toda América, con Cuba presente", apuntó.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, expresó su total disposición a ayudar para que Cuba y Estados Unidos logren "una eficaz normalización" de su relación. En el mismo sentido se pronunció el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien dijo que la organización está dispuesta a apoyar a los dos países en todo lo que sea necesario para favorecer futuras decisiones en ese sentido y permitir un acercamiento "entre dos pueblos que han estado separados por largo tiempo".
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, celebró la "nueva era" en las relaciones de Estados Unidos y Cuba y subrayó que ello permitirá cumplir el "sueño" de tener una "región unida" en la VII Cumbre de las Américas, de la que su país será anfitrión el próximo abril. En un comunicado, la Cancillería panameña reiteró hoy "la invitación enviada a los Jefes de Estado y de Gobierno de la región para que durante la próxima Cumbre de las Américas (...) podamos celebrar un diálogo constructivo con la participación de todos los países".