Los ciudadanos que no muestren su rechazo en vida, y tras el envío de dos cartas de aviso para que aclaren su posición, se registrarán en el sistema bajo la etiqueta de "no objeción".
Sin embargo, si los parientes tienen "serias objeciones" y "problemas insuperables" con la donación de los órganos de su familiar, podrían oponerse a pesar de que el fallecido haya dado su permiso para ser donante.
La nueva Ley de Donantes ha sido aprobada con 38 votos a favor y 36 en contra. Los senadores que votaron en contra consideraron que un Gobierno no puede decidir sobre los órganos de un ciudadano, mientras que otros afirmaron que esta nueva ley generará demasiados costes y problemas.
Este proyecto, presentado por la democristiana Pia Dijkstra durante la anterior legislatura, se debatió durante varias jornadas en el Senado y estuvo rodeado de dudas durante los últimos meses.
Unas 150 personas mueren cada año en Holanda mientras están en lista de espera para un hígado o un riñón, por ejemplo, y las campañas para persuadir a los ciudadanos a inscribirse voluntariamente como donantes no han dado grandes resultados en los últimos años.