Francia, Grecia, Hungría o España son algunos de los países que han construido vallas para intentar frenar el paso de inmigrantes y refugiados a sus países. A pesar de que, como explica la portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega, "por muy altas que sean las vallas no van a detener a gente desesperada que huye por salvar su vida y la de sus hijos".