En una breve comparecencia poco después de conocer estos resultados, el exprimer ministro, que abandono el Pasok y fundó su propio movimiento, afirmó que la "decisión de los griegos debe ser respetada tanto en el interior como en el extranjero". "Grecia necesita un gobierno progresista y de coalición", dijo Papandreu, quien resaltó que la obra que "tiene por delante el nuevo gobierno" no la puede hacer solo un partido.

"Necesitamos un plan griego para librarnos del sistema clientelista y crear una verdadera democracia", afirmó el exprimer ministro socialista, quien incidió de nuevo en uno de los puntos fundamentales de su programa: que la negociación sobre la deuda y el plan nacional de ajuste se ratifiquen por referéndum.

La presencia de Papandreu, que sigue siendo presidente de la Internacional Socialista, ha restado fuerza a su antiguo partido, el Pasok, que con el 4,8 por ciento de los votos llegará hasta los 13 diputados. La caída del Pasok con respecto a las europeas es importante, pues consiguió un 8,6 por ciento.

Según las primeras proyecciones difundidas por el ministerio del Interior tras el recuento del 25 % de los votos, la coalición izquierdista Syriza, liderada por Alexis Tsipras, se alzó con una clara victoria en las elecciones generales en Grecia, al obtener el 36,5 % de los votos. Los conservadores de Nueva Democracia, del primer ministro Andonis Samarás, obtuvieron un 27,7 % de los votos, mientras que el tercer lugar sería para los neonazis de Amanecer Dorado, con un 6,3 % de los sufragios.