Como si de Hermione Granger se tratase, Kamala Harris se presentó al mundo con un vídeo sobre poner el acento en el lugar correcto. En el caso de la alumna de Hogwarts en la saga 'Harry Potter', Hermione explicaba a Ron Weasley cómo ejecutar el hechizo Wingardium Leviosa. "Es Leviosa, no Leviosá", decía. Harris, con una fórmula parecida, nos dijo: "Es Kámala, no Kamala".

Unos meses después de la publicación de ese vídeo, Kamala Harris (con acento en la primera 'a', recuerden) ha hecho historia. No sólo ha conseguido ser la primera mujer en ser vicepresidenta de los Estados Unidos, no sólo ha conseguido ser la primera persona de color en lograr ostentar ese puesto. También ha conseguido que todos la contemos como una pieza indispensable en la presidencia de Biden, como su tilde.

Nacida en Oakland (California) un 20 de octubre de 1964, Harris nació del matrimonio de un padre de origen jamaicano y de una madre que emigró de la India en los años 60, ambos profesores universitarios, y pasó parte de su infancia en Canadá.

Precisamente ese origen, unido a una carrera vertiginosa, le ha permitido llenar titulares con hitos raciales históricos. Sin embargo, ella siempre se ha referido a ella misma como "una estadounidense".

Graduada en Ciencias Políticas y Economía en Howard University, se especializó en la lucha contra el crimen. Entre 2004 y 2011 fue fiscal de distrito en San Francisco y entre ese último año y 2017 ejerció como fiscal general de California.

En 2016 se convirtió en la segunda mujer de raza negra y la primera de origen indio en ganar un escaño en el Senado, donde destacó por sus preguntas incisivas a responsables de la Administración de Trump.

En 2019, Harris se lanzó a la carrera presidencial, aunque no logró recaudar los suficientes fondos para proseguir con su carrera. Biden decidió entonces elegirla como su vicepresidenta, una figura incisiva, enérgica y luchadora en lo social para contrarrestar su papel previsiblemente moderado y mediador, tanto a nivel interior como exterior.

Ahora, como se diría en Estados Unidos, 'sky is the limit' para una Harris de la que se espera estar a la par que Biden en la cara pública -y no tan pública- de la nueva presidencia que se abre en enero.