La tranquilidad en las calles de Alepo puede tener las horas contadas, pocos confiaban ya en la durabilidad de un alto el fuego que ya parece estar en riesgo porque la tregua es fruto del acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, un pacto que se tambalea tras el bombardeo estadounidense sobre posiciones del Ejército sirio en Deir al Zor, denunciado por el ministerio de Defensa ruso.

Washington no lo confirma aunque admite que posible y sostiene que su objetivo eran los terroristas de Daesh a los que, precisamente, combaten sobre el terreno las tropas sirias: "Estamos investigando el incidente. Si determinamos que, efectivamente, hemos atacado a personal militar sirio, no era nuestra intención y, por supuesto, lamentamos la pérdida de vidas humanas" ha dicho Samantha Power. La embajadora de EEUU ante la ONU.

Power ha criticado que Moscú convocara una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad. Habla de artimaña cínica e hipócrita porque, dice, Rusia no ha reunido a la ONU cuando Assad bombardea a civiles.

La rueda de prensa se ha producido justo cuando su homólogo ruso hablaba ante el consejo. Una actitud que ha indignado a Moscú: "Si lo que ha hecho la embajadora Power es una muestra de la posible reacción de Washington, tenemos un serio problema" dice Vitali Churkin, embajador de Rusia ante la ONU.

Esta guerra dialéctica evidencia una tensión que puede dar al traste con una tregua ya de por sí frágil. Sobre el terreno sigue habiendo enfrentamientos y en la frontera con Turquía se acumula la ayuda humanitaria que debería llegar al este de Alepo.