Las prioridades de Trump
Dos mástiles nuevos, césped que "se empapa" y oro por todas partes: Trump rediseña la Casa Blanca mientras el mundo arde
La otra cara En plena crisis internacional por el conflicto entre Irán e Israel, el presidente se dedica a instalar dos nuevas astas para las de banderas de la residencia presidencial. Todo sea por dejar su Casa (Blanca), literalmente, a su gusto.

Resumen IA supervisado
En la Casa Blanca, Donald Trump presentó dos nuevos mástiles para banderas, convirtiendo lo que parecía un acto inofensivo en una escena polémica. Durante la presentación, Trump hizo un comentario fuera de lugar sobre inmigración ilegal al observar a los obreros presentes. Trump tiene obsesión por remodelar la Casa Blanca a su gusto. Ha realizado cambios estéticos, como restaurar el escritorio Resolute y criticar el césped del Rose Garden, mientras el mundo enfrenta tensiones en Oriente Medio.
* Resumen supervisado por periodistas.
En pleno jardín de la Casa Blanca, rodeado de trabajadores de la construcción y periodistas, Donald Trump volvió a hacer lo que mejor sabe: convertir un acto aparentemente inofensivo en una escena polémica. Esta vez fue durante la presentación de dos nuevos mástiles para banderas. Sí, mástiles. Dos palos grandes.
El momento incómodo llegó cuando Trump, observando a los obreros que estaban a su espalda —casco en mano, piel curtida, acento quizás no del todo "blanco"— lanzó, casi como si nada, la siguiente frase: "¿Hay aquí algún inmigrante ilegal? Si hay alguno, ellos lo descubrirán. Lo van a revisar, aunque os cueste creerlo. Destrozaremos vuestra vida entera por esta conferencia de prensa".
La pregunta no venía a cuento, nadie la pidió, y no estaba relacionada con el evento. Pero eso no pareció importarle. El mandatario simplemente lo dijo, como si al ver a los trabajadores hubiera activado un viejo reflejo: asociar trabajo manual con inmigración ilegal. Varios medios captaron el instante, las miradas incómodas de algunos presentes, y el silencio que siguió.
Dos mástiles. Guerra en Oriente Medio. Y oro. La escena no es un sketch ni un mal chiste. Se dio mientras el mundo mantiene la respiración ante un posible estallido militar entre Irán e Israel. Estados Unidos aún no ha definido claramente si intervendrá, pero Trump ha optado por centrar sus prioridades en algo más… decorativo.
"¿Por qué la Casa Blanca no tiene un asta de bandera desde el césped?", se preguntó en voz alta durante el evento. Según explicó, llevaba tiempo queriendo instalar estos mástiles, y aseguró que él mismo los ha financiado, una afirmación que, por ahora, no ha sido verificada.
"Y estos son los mejores postes del país. Y del mundo, en realidad. Bueno, yo lo estoy pagando", dijo sin inmutarse, como quien presume de haber comprado un Ferrari, no de haber plantado dos tubos metálicos en el jardín.
La obsesión por la estética trumpiana
Lo cierto es que esta no es una salida de tono aislada, sino parte de un patrón. Desde hace tiempo, Trump muestra una obsesión con remodelar la Casa Blanca a su gusto. En abril, por ejemplo, enseñaba orgulloso el escritorio Resolute, usado por Lincoln, Kennedy y Obama, tras una restauración que él mismo encargó.
"Este es el escritorio Resolute. Acabo de hacerlo restaurar", decía, con una sonrisa de quien ha encontrado una joya antigua en un mercadillo y la ha barnizado con oro.
También criticó el césped del Rose Garden, porque —según él— no funciona bien con la lluvia, y perjudica a las mujeres que llevan tacones. "La hierba no funciona, se empapa… y la gente, las mujeres con los tacones…"
En otra escena insólita, Trump apareció con una pala dorada para arrancar un árbol histórico de 200 años y plantar uno nuevo, que "le gustaba más". "Ahora tenemos un árbol muy bonito en la Casa Blanca", sentenció.
Mientras en Oriente Medio se acumulan misiles y amenazas, y mientras Estados Unidos intenta medir su próximo paso, Trump parece más enfocado en pulir su legado estético y en alimentar su narrativa de "limpieza" interior: nuevas banderas, nueva decoración, nuevos árboles… y cero tolerancia hacia quien no encaje con su idea de lo que "debería" estar en su foto.