La familia de Nabil lo había logrado: "¡Gracias, Nabil! Estamos en un avión". Este es el mensaje que le mandaba su sobrino tras conseguir embarcar en uno de los vuelos en Kabul, capital de Afganistán, fletados por el Ejército español. Sin embargo, este joven afgano tiene sentimientos encontrados.

"Estoy contento por que hayan llegado, pero triste por la situación en Afganistán", lanza antes de romper a llorar. Según explica Nabil, su familia llega a nuestro país para empezar de cero: "Vienen a España para tener una vida normal, lejos de las bombas y las armas", afirma.

En una situación parecida se encuentra Hujjat, un estudiante afgano que estuvo en España de intercambio, que no duda en agradecer las labores humanitarias de los últimos días: "Nos habéis rescatado la vida. Al final hay que agradecer a los militares y la policía de España que nos ayudó mucho en el aeropuerto de Kabul".

"No nos olvidemos de Afganistán en dos días"

Ahora bien, no todos han tenido la misma suerte que estos dos jóvenes. En la otra cara del conflicto está Silvia, cuya familia de su marido se ha quedado atrás y no ha podido salir de terreno afgano: "No ha sido posible que salgan de Kabul. Hoy temprano ha salido la noticia de que los españoles habían abandonado el aeropuerto", expresa entre lágrimas.

Ante esto, tajante, pide que existan alternativas para llegar a España: "No nos olvidemos de Afganistán dentro de dos días. La gente sigue allí. Hay mucha que se ha quedado atrás", subraya. Un drama que también está viviendo la familia de Sliman Shah, quien trabajó como intérprete para el Ejército español durante siete años en Afganistán.

"Mi familia se ha quedado esperando a que llegasen los españoles", denuncia este joven, que también ha detallado a laSexta el terror que sienten en estos momentos sus seres queridos: "Me han mandado un mensaje que dice 'Por favor, salvadnos la vida. Tenemos mucho miedo y estamos en peligro'".

Así, ha pedido al Gobierno de España que le dé la lista de su familia a los norteamericanos que están en la puerta del aeropuerto de Kabul para que puedan entrar. Para Sliman, es la única salida que les queda para escapar de los peligros de la capital, de donde no han podido salir miles de personas.