El suceso se suma a otros incidentes similares acaecidos recientemente, como el caso de un pasajero que fue golpeado y sacado de un avión de United a la fuerza, tras negarse a ofrecerse voluntario por un caso de sobreventa de billetes.
Brian y Brittany
Schear, de Huntington Beach en California, relataron a la cadena local KABC-TV
que la expulsión se produjo cuando regresaban de Maui, en Hawai, con sus dos
bebés, de 1 y 2 años, respectivamente.
La pareja quería acomodar al pequeño de 2 años en un asiento
que compraron para un hijo de 18 años que volvió a casa en un vuelo anterior.
En el vídeo se puede escuchar a Brian Schear hablar con una
persona, aunque no queda claro si se trata de un empleado de Delta o un agente
de seguridad. Tras negarse Schear a abandonar la aeronave, la persona en
cuestión responde: "Usted y su esposa irán a la cárcel. Es un delito
federal si no obedecen y sus hijos quedarán bajo cuidado temporal".
"¿Nosotros vamos a ir a la cárcel y mis hijos van a ir a qué?", responde el padre, visiblemente airado. "Yo compré el asiento. Usted está diciendo que se lo va a dar a alguien cuando yo pagué por el asiento. Eso no es correcto", agrega el padre, quien sugiere que su esposa puede llevar en su regazo a uno de los bebés durante el despegue y colocar después al otro niño en una silla infantil.
Otra persona, que parece ser un supervisor de Delta, le dice después que la ley federal requiere que los niños menores de 2 años deben permanecer en el regazo de los padres durante todo el vuelo.
Sin embargo, ese argumento no es cierto, ya que la
Administración Federal de Aviación "urge encarecidamente" que
los bebés viajen en una silla infantil, si bien permite que aquellos menores de
2 años viajen en el regazo de los padres.