Desde la pasada noche, se multiplicaron los bloqueos y las llamadas "operaciones caracol" -que consisten en ralentizar la circulación con los camiones- en las proximidades de ciudades como Burdeos, Marsella, Lyon, Ruán, Caen, La Rochelle o en diversos puntos en las afueras de París, según los organizadores. Un responsable de Fuerza Obrera (FO) interrogado por la emisora "France Info" indicó que antes de las ocho de la mañana había más de 40 puntos de movilización de los huelguistas.
El portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, insistió en que "los camioneros tienen legitimidad para manifestarse, pero no pueden bloquear Francia", en una entrevista radio-televisada por "BFMTV" y "RMC".
"No se puede impedir a los franceses trabajar o estudiar", afirmó Castaner, que reconoció que el Ejecutivo no podía garantizar que no habrá problemas de abastecimiento en las gasolineras por el "efecto pánico", es decir si los automovilistas acuden masivamente a repostar por miedo a quedarse con el depósito vacío.
Las federaciones de transportes de Fuerza Obrera (FO) y de la Confederación General del Trabajo (CGT), que son los que están al frente de estas movilizaciones, denuncian el impacto que tendrán los decretos ley sobre la reforma laboral firmados el pasado viernes por Macron, y que ya han empezado a entrar en vigor tras su publicación el sábado. En particular, se quejan de que facilitarán los despidos económicos en las grandes empresas, al simplificar los procedimientos y las necesidades de justificación, pero también al establecer baremos máximos en las indemnizaciones por despido improcedente.