La estadounidense Amanda Knox ha admitido que no descarta regresar a Italia para el nuevo juicio por la muerte de la estudiante Meredith Kercher.

En una entrevista, Knox, que pasó cuatro años en prisión por ese crimen hasta que en 2011 un Tribunal de Apelación la absolvió, admitió que está valorando esa posibilidad, aunque su presencia no es obligatoria.

Knox reconoció que, aunque quiere demostrar su inocencia, sabe que algunos nunca la creerán, incluida la familia de Kercher. "Me importa lo que su familia piense. Me afecta, y afecta a mi paz interior. Espero que puedan leer mi libro y que no tengan que creerme. No tengo derecho a demandar nada a nadie. Pero espero que lo intenten", manifestó.

Knox, en un avance de su obra, recalcó que con el libro pretende "aclarar las cosas", al tiempo que describe cómo ella y Sollecito fumaban marihuana en la habitación de él mientras veían una película en el momento en el que tuvo lugar el asesinato de Kercher.

Asimismo, se defiende alegando que incurrió en declaraciones contradictorias como consecuencia de la fatiga de los interrogatorios, en los que asegura que fue golpeada por las autoridades. Detalla también su intención de suicidarse mientras estuvo en prisión y acusa a trabajadores de la cárcel de haber abusado sexualmente de ella.