Margarita tenía 10 meses cuando la mujer de un aliado de Putin se la llevó de Jersón. La mujer se hizo pasar por una funcionaria de Moscú. Ahora, la niña tiene 2 años y ya no se llama Margarita, sino Marina, siendo adoptada por esta mujer y por su marido.
Según la convención de Ginebra, este acto podría constituir un crimen de guerra. Margarita es uno de los 20.000 niños robados en Ucrania, pero se trata del primer caso documentado de adopción de un niño ucraniano secuestrado.
Ha sido destapado gracias a una investigación de la BBC y periodistas rusos por lo que se ha destapado el caso. La menor acaba de recibir el alta por un ataque de bronquitis y, bajo el pretexto de recibir asistencia médica en un hospital ruso, solicitó su traslado en este documento.
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Al día siguiente de ser dados de alta, se los llevaron a Moscú, una adopción que supone un crimen de guerra. Porque aunque su madre renunció a su patria potestad y se desconocía el paradero de su padre, Margarita tenía familia en Ucrania. Ahora tiene 2 años y nada queda de su identidad ucraniana.