La junta de Castilla La-Mancha, este verano por primera vez, ha creado un programa de clases particulares gratuitas para los alumnos que han suspendido tres asignaturas o menos. En total son 2.000 los alumnos que se han apuntado a estas clases gratis en centros públicos y han contratado a 210 profesores interinos para que den clases durante seis semanas.

Así, pretenden conseguir por un lado que los jóvenes aprueben en septiembre y consigan el título de ESO, y por otra parte, sacar del paro a estos profesores y que se ganen unos euros en verano y consigan experiencia y puntos para las oposiciones.

Marcial Marín, Consejero de Educación de Castilla-La Mancha, asegura que "lo que conseguimos es abrir caminos a esos 2.000 alumnos y también a 210 maestros".

Pero hay polémica, porque el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Castilla La Mancha cree que este programa es un maquillaje para tapar las cifras de fracaso escolar y ya lo han denunciado ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha.

Creen que contratar a 210 profesores por seis semanas no puede compensar haber despedido en los dos últimos años a 5.000 interinos no contratar a nadie durante el curso escolar, ni siquiera para cubrir bajas. Además, como no hay transporte escolar, se margina a los jóvenes del medio rural que no se pueden desplazar a los centros educativos.