Pablo Arangüena, como cliente, no soportaba lo mala gestión en
su entidad Novacaixagalicia y aprovechando su profesión como abogado, decidió
por su cuenta y riesgo denunciar a la cúpula. "Mi cabreo fue aumentando a
medida que pasaba el tiempo, que desde luego no era yo el único que podía
apreciarlo y que nadie hacia nada", explica.
Su arrojo terminó en un
juicio contra los banqueros gallegos por adjudicarse indemnizaciones
millonarias en plena crisis hasta convertirse en los primeros banqueros de
las cajas que entran en prisión con condena firme. "Estamos contentos de que
entren en prisión", explica una afectada por las preferentes en Galicia.
Aunque la condena es sólo de dos años, si pisan la prisión por la gravedad y por no devolver el dinero, como si hizo otra de las dos cúpulas condenadas. Los directivos Caixa Penedés evitaron dos años de cárcel devolviendo 28 millones de euros. En la otra caja condenada, Caja Castilla-La Mancha, su presidente eludió los dos años de condena porque no hubo enriquecimiento personal.
Un historial de condenas
con tres cúpulas de cajas de ahorro y solo una en prisión, que podría crecer en
los próximos meses dado que se juzga las tarjetas black y aún se está pendiente
de las preferentes y la salida a bolsa de Bankia, y de los sobresueldos en
Cataluya Caixa con el expresidente Narcis Serra. En mayo empezará el juicio por la quiebra de la
Caja de Ahorros del Mediterráneo.