"Está todo muy caro". Es la frase que más se repite estos días entre los que buscan unos días de vacaciones. Desde la playa hasta la montaña, en coche o en avión. No hay escapatoria. Los precios se han disparado. Los expertos lo llaman el 'efecto champán' en referencia a la subida de la espuma cuando se descorcha una botella, aunque hay esperanza, confían en que se va a diluir en el tiempo.
Dos años de pandemia, restricciones y el primer verano de libertad. ¿Libertad, en serio? La verdad es que se es un poco menos libre cuando se suma el dato de la inflación, el precio de la gasolina, el de los hoteles o la escasez de alojamientos libres. Según los datos que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), los hoteles están un 45,4% más caros que el año pasado.
Pero realmente no hace falta analizar los datos de este organismo para darse cuenta de la realidad. ¿Serán las vacaciones más caras de la historia? Una simple búsqueda en uno de los portales de viajes más demandados nos da la respuesta. Los paquetes vacacionales han incrementado sus precios en todos los destinos.
Y la mayoría no se ha anticipado en sus reservas. La inestabilidad laboral y la incertidumbre que nos ha rodeado los últimos años ha provocado que muchos no se arriesguen a perder vuelos o noches de hotel.
No es el caso de Sandra Navarro. A ella no le ha pillado por sorpresa. Y es que la economía familiar obliga. Esta madre madrileña de familia numerosa no puede dejar nada a la improvisación. Las vacaciones escolares se distribuyen entre campamentos, un piso de su suegro en Guadarrama y una semana o dos de vacaciones en la playa. Sin embargo, nos cuenta que llevan años sin pisar un hotel. "La mayoría no están preparados para familias con tres hijos y te ofrecen dos habitaciones dobles o dos habitaciones comunicadas. Un dineral", advierte.
Y no le falta razón. Analizando el precio medio de la noche de hotel de los últimos años vemos cómo el ascenso desde 2015 es incesante.
Han sido años duros para los empresarios hosteleros y para las aerolíneas. Se han acumulado los costes de tener aviones en tierra o sumado el mantenimiento de los hoteles aún estando cerrados. Sin embargo, desde la OCU apuntan que detrás de esa subida de precios también puede estar el sentimiento empresarial de que hay que recuperar lo no ganado estos años.
Un abanico de posibilidades online
Y frente a ellos, el consumidor también juega sus cartas. La amplia oferta online ha abierto un sin fin de posibilidades a la hora de viajar. Comparadores, viajes combinados, personalizados, en grupo… y todo lo puede hacer el propio usuario. Como si tuviera su propia agencia de viajes desde su casa.
Sandra tiene su propio método para lograr el mejor precio. Puede parecer complicado pero ella lo explica con mucha precisión. La clave está en utilizar las opciones que te da un buscador y marcar 'cancelación gratis' y 'sin pago adelantado'. Así, realiza varias reservas con antelación, incluso cuando no sabe las fechas seguras en las que tendrá sus vacaciones, y va comparando cómo cambian los precios o si se publica alguna oferta mejor. Es una fórmula que lleva años utilizando y que asegura "funciona". Eso sí. "Hay que estar un poco pendiente para que no se te pasen los plazos de cancelación", confiesa.
Ahora, tras años de pruebas, ha encontrado la mejor opción para las características de su familia. "Repetimos de nuevo en un bungalow en primera línea de playa", nos cuenta. Y no solo por el precio, nos dice, sino porque el espacio es mayor para su familia con tres niños, no están sujetos a horarios estrictos de comidas y cenas y el ambiente "es inmejorable".
Son muchos los que descubrieron las ventajas de los campings durante la pandemia. "Estamos teniendo un montón de reservas", celebra el presidente de la Federación Andaluza de Camping, Francisco Rodríguez que, además, ha ahondado en que, a diferencia del pasado año, se está recuperando el mercado extranjero. "No al cien por cien, pero sí en números muy interesantes. Incluso estamos notando un repunte de reservas del mercado francés", subraya. No obstante, para él el fuerte de los campings no es el precio, sino el entorno natural en el que suelen estar ubicados. "La playa de por sí ya tiene un atractivo propio, pero los de interior, con otro clima y otras características, también son muy atractivos", señala.
Sin embargo, solo el tres por ciento de los ciudadanos va a camping, frente a los niveles de otros países en Europa, como Alemania donde es una práctica generalizada y el 30% pasa estancias a campings. Es decir, la posibilidad de crecimiento es muy alta.
Vacaciones en autocaravana, ¿ahorro o lujo?
Amelia y Ángel son ya veteranos en esto de un turismo diferente. La opción para ellos es la autocaravana. Una fórmula que sufrió un 'boom' en pandemia y que aseguran tiene una fama de "turistas no atractivos" que no se merece. Con su autocaravana se han recorrido casi toda España, buscando a los Reyes Magos en invierno o descubriendo calas paradisíacas en verano. Sin embargo, algo ha cambiado en los últimos años. La fiebre por este tipo de turismo ha hecho que aumenten las restricciones y los controles.
Eso de que somos un turismo que no hace gasto no es así
"Aunque hay un vacío legal sobre dónde se puede aparcar una autocaravana, hay muchos pueblos que ya ponen un cartel a su entrada de prohibido entrar", explica Amelia. Ahora ya apenas viajan si no tienen reserva de parcela en un camping. Y todo suma. "Eso de que somos un turismo que no hace gasto no es así", defienden. El espacio en un camping, las compras en el supermercado, el alquiler de un vehículo para moverse por la zona… y la gasolina, un gasto que ahora puede ser devastador en un presupuesto.
Y a pesar de todo, ellos encuentran ventajas. "Te da libertad", defiende Amelia porque "no hay que volver a un punto fijo para dormir" y culturalmente puedes conocer muchos más sitios.
Pero siendo realistas, disfrutar de unos días de vacaciones fuera de casa se está convirtiendo en un sueño imposible para mucha gente. Según un estudio de la OCU, el 21% ya ha optado por cambiar sus planes de vacaciones para este año. Se apuesta por la cercanía en los destinos y por el regreso al pueblo. Y aunque aún no hay datos de cómo afectará en 2022 la subida de la inflación a las vacaciones, el año pasado más de 4,7 millones de personas que viven en España en riesgo de pobreza, con ingresos inferiores al 60 % de la renta media, no pudieron irse de vacaciones, según la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC).