"Si me tengo que ir a Mallorca me voy, pero no hay trabajo en ningún sitio". La de David y Vicenta es la historia de más de tres millones españoles para los que el paro empieza a ser algo más que un accidente. Mucho buscar, mucho sufrir, pero 3.200.000 españoles llevan más de un año parados.

Reengancharse  a la vida laboral es cada vez más difícil. Y peor todavía cuanto más mayor es uno. Aunque tampoco es cuestión de edad. Isabel tiene dos carreras y habla tres idiomas, pero nunca ha trabajado de lo suyo. Ahora, ni de lo suyo ni de nada. Isabel ya se plantea otras salidas. "Formarse fuera. Para coger los trabajos que estoy cogiendo aquí... prefiero irme fuera y trabajar de lo mismo aprendiendo un idioma".

En el fondo: una cara de la misma moneda. Un país en el que hace diez años que no trabajaba tan poca gente. Con dos millones de hogares con todos los miembros en el paro, a algunos sólo les queda la familia.

Antes un empleo público podía salvar una familia, pero se está poniendo difícil. En sólo tres meses se han destruido más de 300.000 empleos: muchos trabajadores han aprendido de cerca lo que es un ERE. En definitiva, un panorama de lo menos alentador para nuestro país.