En 2010, 1 de cada 5 parados no recibía ninguna ayuda. Pero conforme aumentó el número total de parados, también aumentó el porcentaje de personas sin prestación o subsidio. En 2012, uno de cada 3 desempleados no recibió ningún tipo de ayuda. Son casi dos millones de los cerca de seis millones de parados.

El gobierno tiene que hacer frente, cada vez, a un número mayor de parados de larga duración. Por eso dificulta acceder a las ayudas. Hace solo dos semanas endureció los requisitos a los desempleados mayores de 55 años. Por ejemplo, a un hombre de 56 años parado, con dos hijos, y con una mujer que gane 2000 euros no le correspondería ninguna ayuda porque los 2.000 euros suponen 500 por cabeza, una cifra que supera el 75% del salario mínimo interprofesional. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, reconoce que el 20% de los futuros parados mayores de 55 años dejarán de cobrar la ayuda.

El Gobierno también endureció hace dos semanas los requisitos para acceder a la jubilación anticipada. Según la Cadena Ser, el Ejecutivo espera que 20.000 trabajadores no puedan acceder a la jubilación anticipada cada año. Y que, además, otros 72.000 lo hagan más tarde o cobrando menos pensión. El Ejecutivo espera ahorrar casi 500 millones al año por este recorte.

A sus 43 años, Félix no solo está en paro, sino que además no cobra ninguna ayuda. Lleva 9 meses con esta sensación. Hasta ahora ha tirado de ahorros, pero se terminan y tiene una hipoteca que pagar. "Cuando estás acostumbrado a tu casa, a tu independencia y tienes que volver a casa de tu madre para alquilar la mía y poder pagarla, es muy duro", dice.

Félix cuenta con su familia, pero Diego no corre tanta suerte. Despúes de 13 años en España, hace 3 meses se le terminó la ayuda de los 400 euros. En este estado de cosas no sabe qué hacer, "mi familia está en Ecuador, ¿qué hago yo?, si no tengo ni para comer", afirma. Para comer, Diego saca algo de dinero gracias a pequeñas chapuzas mal pagadas bajo cuerda. Así sobrevive.

Como ellos, otras dos millones de personas no reciben ninguna ayuda del Estado y no tienen muchas esperanzas en encontrar un trabajo. Una situación que se extiende por todo el territorio pero que se deja notar más en Castilla La Mancha, País Vasco, la Comunidad Valenciana y Madrid, donde las ayudas llegan a menor número de parados.