Los productores de plátano de Canarias piden quedarse al margen de la nueva ley de la cadena alimentaria que ya ha llegado al Congreso de los diputados.

Y es que, aunque la nueva norma a priori es positiva para los agricultores, puesto que evita vender por debajo del precio de producción, creen que al aumentar el precio no venderán el producto y quedarán en desventaja frente a las bananas importadas desde América Latina.

Es el caso de Víctor Martín, que teme que con la nueva ley tenga que tirar a la basura hasta el 30% de su producción. "Lo que no puede ser es que yo voy a producir botando ya un tercio, donde el coste mío de producción no lo voy a alcanzar", lamenta.

Por su parte, Ángela Delgado, presidenta de ASAGA Canarias, advierte de que los productores "tendrían que tirar más de 60 millones de kilos de plátanos al año", lo que supondría "unos 100 millones de euros" anuales en pérdidas para los agricultores.

Además, el plátano compite con la banana procedente de Latinoamérica, que se vende a la mitad de precio (unos 40 céntimos el kilo frente a los 80 del plátano de Canarias), porque se produce en condiciones laborales cuestionables en comparación con las garantías europeas que sí se aplican en el archipiélago.

Un estándar de calidad que también llega al consumidor. "Las bananas que a veces vienen de fuera no sabemos en qué condiciones... mejor dicho, sí sabemos, yo que vengo de América, sé que allá las condiciones laborales no son las mismas que las de acá", apunta una compradora.

Otra consumidora explica que, en su caso, le gusta el plátano de Canarias porque "es muy dulce" y le "reporta energía". "En casa si alguna vez compro bananas enseguida me dicen 'no, esto no es plátano'", apunta una tercera usuaria.

Los productores insisten en que la nueva ley no les protegería, por lo que proponen una exención para el plátano de Canarias, sin que eso suponga un perjuicio para otros sectores.