Los empresarios españoles ven una oportunidad de oro en el deshielo cubano. Son los únicos extranjeros que cuentan con una asociación que les representa en Cuba y quieren ser los primeros en mover ficha.

El director general de Hotelsa, Carlos Palao, asegura que, con esto, "se abre la puerta a que nosotros mismos podamos comercializar directamente con las empresas. Es totalemtne algo novedoso".  La empresa de Carlos fabrica alimentos y bebidas para hostelería.

Lleva 20 años trabajando en la isla y será la primera empresa internacional en construir su propia fábrica en el país caribeño. Las única condiciones del Gobierno cubano son, según explica Palao, "que se contrate personal cubano y se exploten las materias primas del país".

Cuba necesita 2.250 millones de euros anuales para reformar su modelo socialista. Un dinero que pretende conseguir convirtiéndo el histórico puerto de Mariel en zona franca. Ante estas oportunidad el Banco de España se muestra dispuesto a yudar a los inversores españoles.

El presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba, Xulio Fontecha, asegura que "lo que necesita realmente Cuba es inversiones extranjeras y aumentar la producción. Es un mercado complicado y lento y no se puede pensar en pequeños negocios".

Por primera vez, el 100% del capital podrá ser extranjero y el Gobierno cubano dejará de ser co-propietario e intermediario obligatorio. Aunque eso, dicen, no significa que Cuba esté a la venta.