Desde que empezó la crisis en 2008 las carreteras españolas se han ido abandonando y los baches han empezado a crecer como setas por todo el país. Aumentan las visitas al taller por averías en las ruedas o amortiguadores.

Según un estudio de la Asociación de Carreteras Españolas (AEC) antes de la crisis, el Gobierno invertía 1.400 millones de euros y ahora, poco más de 800, lo que supone un 43% menos de dinero dedicado a arreglar y mantener las vías.

Para arreglar los baches más problemáticos se tendría que inyectar inmediatamente unos 300 millones de euros y cada día que pasa es peor, porque con lluvia y hielo se estropean más las carreteras.

Otro factor que influye es la subida de peajes, ya que los vehículos optan por las vías secundarias y cuantos más coches circulen, más baches.