Los imputados por las tarjetas negras no justificaban sus gastos, porque, dicen que si lo hacían les devolvían los recibos. "Me dijeron que no tenía que justificar jamás. De hecho, la primera vez lo hice, pasé el recibo y me lo devolvieron", explica al juez Andreu la expresidenta de la Fundación Caja Madrid, María del Carmen Cafranga. Pagaba abonos para los toros e incluso 15.000 euros en una boutic. Se considera una víctima de las black: "Para mi vida profesional esto era un palazo"
Al exsocialista Antonio Romero le parecía inconcedible que le estuvieran asesorando mal sobre la fiscalidad de la tarjeta. "Me da a entender que habíamos sido, no sé si decirlo así, víctimas de un engaño o una negligencia", afirma Romero.
Según las declaraciones de los imputados, Caja Madrid era quien se ocupaba de estar al día con el fisco. Así lo afirmaba ante el juez, el exsocialista José María de la Riva: "Tenía un acuerdo con el Ministerio de Hacienda, se tributaba por parte de la entidad". De la Riva gastó más de 200.000 euros en flores, teatros, e incluso cuatro meses de tratamiento de belleza, pero hay gastos que no reconoce: "Tengo gastos que aparecen en 2012 y en ese año yo ya no tenía tarjeta".
A otros como al exconsejero por CCOO Francisco Baquero, les falla memoria. "Una serie de gastos muy numerosa, no lo puedo contrastar con mi memoria". En lo que no coinciden los imputados es en los viajes al cajero. "Me dijo que no se podía hacer", afirma Baquero. Y por eso no lo hizo. Otros, como Moral Santín llegaron a sacar dinero casi 700 veces.
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