Cuando se acerca el invierno, regresan los gigantes de agua a Nazaré, aunque esta vez ha sido el huracán Epsilon quién ayudó a que se crearan las olas más grandes del mundo. Sin embargo, las autoridades portuguesas han prohibido surfear debido a las aglomeraciones que se crean para ver el espectáculo.
El Ministerio de Defensa Nacional de Portugal ha hecho pública una carta informando de esta nueva medida: "En el contexto actual de la pandemia, la Praia do Norte, municipio de Nazaré, Distrito de Leiria, está prohibida para las actividades de Free Surf y Tow-in Surfing, según lo determinado por el Oficial Regional de Salud de la Administración Regional de Salud de Lisboa y Vale do Tejo, debido a la promoción del hacinamiento público, que constituye un mayor riesgo para la salud pública".
Algunos surfistas de estas olas entienden la medida pero esperan que con el tiempo encuentren otra solución. "Era predecible que nos frenarían. El otro día había 20.000 personas en la playa. La gente necesita algo de acción y algunas reuniones. Necesitan frenar eso durante estos tiempos de pandemia. Solo quieren cortar la raíz en lugar de tomar medidas", ha explicado para 'The Inertia' Nic von Rupp, uno de los surfistas más destacados en las olas de Nazaré.
El surfista confía en que cambien la medida de prohibir el surf por cerrar los accesos y evitar que se reúna la gente: "Probablemente eventualmente llegue a eso. Solo necesitan ser extremos ahora mismo. El otro día estaban tratando de echar a la gente de la playa. Simplemente es difícil de controlar. Se necesita un gran recurso y no creo que el municipio esté dispuesto a gastar ese dinero".
Nazaré ha vuelto a registrar el récord de la ola más grande surfeada y es que parece ser que este año la llegada del invierno junto con el huracán Epsilon ha logrado una marejada que será difícil de repetirse.
"Tuvimos tres días seguidos, así que me estoy quedando sin energía. Hay muchos otros lugares para surfear aquí, y estoy contento con cómo ha comenzado la temporada hasta ahora. Dudo que haya un oleaje como ese en el corto plazo. Habrá buenas olas, pero nada como esto. Probablemente cuando llegue ese oleaje, donde será perfecto, me quejaré si no podemos surfear. Pero por el momento, creo que en algún momento la gente encontrará un equilibrio entre surfear y no tener tanta gente", zanjó Nic von Rupp.
Quien no está tan de acuerdo con la medida es el que descubrió al mundo las olas de Nazaré, Garrett McNamara: "En los días pequeños, no hay ninguna razón, es totalmente innecesario a menos que mida 60 pies o más. Nadie viene por esos días. Están tratando de compensar lo que hicieron, están tomando decisiones irracionales. Miles y miles de personas estaban en el acantilado y podrían haberlo evitado. Ahora toman decisiones basadas en lo que sucedió en lugar de tomar decisiones sobre la vida cotidiana".
Además, la medida llega tan solo un par de días después de que la World Surf League anunciara el inicio del período de espera para el Nazaré Tow Surfing Challenge, el mundial de surf tow-in, es decir, que una moto de agua los arrastra hasta colocarlos en la ola.
De momento, tendrán que esperar a las autoridades para ver si establecen un plan mejor que les permita surfear e impida aglomeraciones y, así, poder seguir controlando la pandemia.