Julieth González Teherán fue una de las primeras periodistas en sufrir el acoso este Mundial, le tocaron un pecho y la besaron en directo. Ella misma pedía respeto a través de las redes sociales: "No merecemos este trato. Somos igualmente valiosas y profesionales. Comparto la alegría del fútbol, pero debemos identificar los límites del afecto y el acoso".

Una bochornosa realidad que se ha repetido desde hace semanas, la reportera brasileña Julia Guimaraes se apartó del espontáneo y le pidió que no se le ocurriera volver a hacerlo. También lo denunció vía redes sociales: "Es difícil encontrar palabras, ¡Triste! ¡Vergüenza!".

Desde la asociación de la Asociación de la Prensa de Madrid lo consideran intolerable y piden que se dé una paso más. Victoria Prego, presidenta de esta asociación insiste que "debería ser obligatorio denunciar y que se viera para que de una vez se pusiera freno".

Destacan la importancia de que su medio las apoye. "No se puede hacer otra cosa más que implementar la denuncia y retransmitir la escena", añade Prego.

Son situaciones de acoso que se repiten en muchos otros eventos, muchos deportivos, pero también en carnavales, en plena calle, actores durante una entrevista o incluso durante la cobertura de los encierros de San Fermín.

"Una profesional ejerciendo su profesión no es respetada y no se le tiene el mismo respeto que si fuera un hombre", denuncia Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas.

Situaciones continuas a las que se enfrentan muchas reporteras a nivel internacional pero que son el reflejo de una sociedad machista en la que a día de hoy todavía vivimos.