Toque, toque y más toque. Ese es el fútbol de España. De la España reciente. De la que existe desde, aproximadamente, nueve años. Los chicos de Hierro llevaron hasta el extremo el estilo del pase, pase y pase ante Rusia para tener un nuevo récord en su poder: es ela primera Selección que da más de mil pases en un partido.
Eso, que debería ser bueno a priori, fue una auténtica losa para España. La profundidad fue prácticamente inexistente y la horizontalidad se adueñó del juego español. Casi todos los pases se produjeron en zona de medios, con una Rusia encerrada viviendo feliz mientras los de Hierro se la daban sin buscar la portería de Akinfeev.
De hecho, España tan solo tuva una ocasión clara en todo el partido. Con el gol español anotado por un ruso, fue Rodrigo el que, en la prórroga, dispuso de la más clara. Y no llegó por una acción colectiva sino por una gran jugada individual.
Es más, tres de los cinco jugadores españoles que más pases dieron fueron Ramos, Alba y Piqué. Dicho de otra forma, tres defensas fueron los que más pases dieron. Luego, Koke e Isco. El primero, siempre realizaba un envío de seguridad. El segundo fue sin duda el mejor de toda la Selección durante su estancia en Rusia.
Más de mil pases tan solo sirvieron para crear una única ocasión ante Rusia. El mal del pase, pase y pase ante defensas cerradas y la falta de soluciones ante este tipo de muros, aparte de los penaltis, han dado con España de vuelta dos semanas antes de lo deseable.