Ha vuelto a ocurrir y se está convirtiendo en una tendencia vergonzosa. Carlos Sainz en el podio... y apenas unos pocos miembros de Ferrari viendo la ceremonia. Una imagen que curiosamente no se da cuando es Charles Leclerc el que sube al cajón.

Ocurrió en el Gran Premio de Bélgica, donde Sainz fue el único Ferrari entre los dos primeros por detrás de Max Verstappen y Sergio Pérez. Los Red Bull fueron inalcanzables.

Y entre los miembros de los equipos apenas se pudo ver a cinco personas con los colores de Ferrari. Muy poca presencia para un piloto que ya ha subido siete veces al podio en lo que va de temporada.

Porque Sainz no merece esto. Sigue demostrando que que va de menos a más y la diferencia con Leclerc es sólo de 15 puntos en el campeonato de pilotos. Por lo que el piloto número 1 se volverá a decidir a final de temporada.

Con respecto a la carrera, Sainz se tuvo que conformar con ese tercer lugar a pesar de salir desde la pole: "Ha sido más duro de lo que esperábamos, no teníamos ritmo y no hemos podido luchar con Red Bull".

"No me esperaba que fuese una carrera tan sufrida, pensaba que íbamos a tener alguna oportunidad de defendernos. Si ayer nos sacaban siete décimas por vuelta, hoy ha sido también mucho y hay que analizar los motivos", dijo el de Ferrari.

El problema llegó según avanzaban las vueltas: "Las primeras vueltas han sido decentes, pero después hemos degradado mucho más. La ejecución ha sido perfecta, pero no hemos tenido ritmo. Cuando intentaba empujar, en la siguiente vuelta iba más lento".

A pesar de ello Sainz volvió a ser el piloto número 1 de Ferrari, pero en su equipo prefirieron estar en otro sitio antes que arroparle en el podio. Una imagen que deja mucho que desear de una escudería legendaria como la italiana.