Muchos son los momentos históricos que ha vivido la Fórmula 1. Pero sin duda varios de los más legendarios, de los que se recordarán por siempre, fueron los que protagonizaron Ayrton Senna y Alain Prost. Brasileño y francés, rivales durante toda su estancia en el Gran Circo, llevaron los 1 contra 1 hasta el límite tanto cuando estaban en el mismo equipo como cuando no.

Pero todo llegó a su fin en Australia. En el GP de Australia disputado en 1993. En dicho fin de semana, Alain Prost vivió la que fue su última carrera en la Fórmula 1. Vivió, en dicha carrera, su adiós a la competición que le había llevado a lo más alto tanto a él como a su excompañero en McLaren-Honda. Estaba en Wiliams, y el podio oceánico fue testigo de las más intensas emociones.

Era un fin de semana especial. Ayrton Senna logró la pole y claro está, el brasileño no tenía intención de dejar todo ahí. En carrera dobló a todos menos a Damon Hill y al propio Alain Prost antes de conseguir una victoria aplastante. Sí, el día del adiós de Prost, fue su rival quien ganó.

Sin embargo, cuando se van los más grandes los que han peleado contra ellos saben aceptar lo espectacular de sus duelos y los legendarios momentos que han dejado. Ron Dennis se acercó a Prost, su expiloto, y luego Ayrton Senna reconoció que Alain Prost, tetracampeón, fue su mayor rival en la Fórmula 1.

En el podio agarró del brazo a Prost y le subió al primer puesto del cajón. Sí, con ese gesto, con esa acción, se cerró el episodio de la gran rivalidad que mantuvieron Alain y Ayrton Senna en la trayectoria de ambos en la Fórmula 1.

Una que llegó a extremos insospechados en Japón 1989 y 1990. En el primer año, el Mundial fue para Prost tras la descalificación de Senna por un accidente entre ambos; en el segundo de nuevo colisionaro, pero el 0 que sumaron valió al brasileño para ser campeón. "Lo que hizo fue asqueroso!, dijo Prost.

Todo terminó en ese 1993. "En ese podio cambió la forma de ser de Senna conmigo. Teníamos conversaciones largas. Él quería que volviera a la F1. Yo me reía y decía que si volvía estaría una vuelta por delante de mí. Entendí mucho de su lado humano y era lo más importante", afirma.