Parece mentira que la tercera medalla en la historia de un país pueda crear un conflicto entre delegaciones de esa misma nación. Esa está siendo la situación en Ecuador después de la victoria de Richard Carapaz en la prueba de ciclismo en ruta.

El ecuatoriano sorprendió sobre la bicicleta y poco después de ganar, también en sus declaraciones, ya que mostró su descontento con el poco apoyo de su país con sus atletas en estos juegos: "He sido un deportista que he salido casi sin el apoyo. El país nunca creyó en mí, esto (la medalla) me pertenece y a las pocas personas que siempre me han apoyado".

Ni siquiera han tenido a masajistas enviados por el Comité Olímpico Ecuatoriano. "Hemos venido solos y pedimos que nos colaboren y han sido los equipos europeos quienes nos dieron la mano cuando lo necesitamos...", dijo Carapaz.

Carapaz

Desde el gobierno del país escurren el bulto. El ministro de deporte ecuatoriano, Sebastián Palacios, responsabilizó al COE de tales errores: "Previo a los JJOO nos informaron que en la delegación constan seis masajistas. Sobre cómo éste equipo técnico atiende a los deportistas, lo debe responder el COE, es su responsabilidad".

Palacios se queja de la organización y la logística, la que supuestamente recae sobre el COE, y dice estar de acuerdo con Carapaz argumentando que hay "cosas que nos llaman la atención, nos preocupan y nos indignan igual que a ustedes".

Por su parte, Augusto Morán, presidente del Comité, ha contestado con una carta defendiendo todas las ayudas y gestiones que han llevado a cabo con sus deportistas y especialmente con Richard, y recuerda que su labor es "fomentar y apoyar medidas que protejan la salud de los atletas".