Ni siquiera un taekwondista puede ir tranquilo por la calle. Jack Woolley ha tenido que pasar por el hospital para curar las heridas causadas por una agresión de un grupo de jóvenes a orillas del río Liffey en Dublín.

El atleta olímpico no fue el único agredido, ya que los "entre ocho y doce chicas y chicos" siguieron causando estragos a su paso entre los viandantes de la capital irlandesa, según cuenta Woolley en la publicación en la que denuncia los hechos.

En esa publicación, a parte de relatar lo ocurrido, muestra su cara y las múltiples heridas que le causaron, como las quemaduras y golpes en la zona de las mejillas y el corte profundo en el labio superior, la más grave de todas.

"Mientras caminaba uno de ellos me dio un puñetazo en la cara sin motivo alguno", asegura. Aún así, se siente afortunado de que la historia no acabara en una tragedia mayor: "Afortunadamente pude llamar por teléfono a una ambulancia y mantenerme consciente. Mis amigos me ayudaron a superar todo esto y me alegra decir que todos están bien y a salvo".

Tanto él como sus compañeros están fuera de peligro, aunque Woolley tuvo que ser intervenido de la boca en el Hospital St. James's. "Tengo suerte de que eso fue todo lo que pasó, ya que varios de nosotros tuvimos que ser hospitalizados", confesó.

Este episodio sucedió el pasado viernes y, por el momento, se sigue sin haber podido identificar a los agresores. La policía continua con la investigación de este ataque que ha sobresaltado a la población dublinesa.