Era Viernes Santo y Carlos Kevin, canterano del Huesca que ya ha debutado con el primer equipo en Liga y Copa, disfrutaba de una tarde de campo junto a una amiga.

Mientras conducía, ambos se percataron de que dos bicicletas de pequeñas dimensiones se encontraban tiradas cerca de la carretera. Mirando alrededor, observaron que dos jóvenes se encontraban inmersos en el canal del Cinca.

Lo que en un principio parecía un simple baño rápidamente cambió de parecer: los dos menores, de 12 y 14 años, se encontraban pidiendo socorro al no poder salir del agua.

En 'El Heraldo', Carlos Kevin ha explicado cómo vivió el momento: "A la ida ya habíamos visto unas bicis en la carretera y nos pareció raro. Pero al verlas de nuevo a la vuelta nos extrañó más porque habían pasado unos diez minutos y seguían allí. Entonces, le pregunté a mi amiga dónde estarían los niños porque eran bicis pequeñas y no había nada alrededor, solo campo a un lado y el canal al otro".

"Vimos a lo lejos a dos niños y al principio pensábamos que estaban nadando, pero luego ya oímos que estaban gritando 'socorro' y nos acercamos rápidamente. No podían escalar ni había unas escaleras cerca. Además, si no se pegaban a la pared, se los podía llevar la corriente", ha añadido.

Al llegar a socorrerles, observaron que Miguel, de 12 años, de su primo Mikel, de 14, tenían claros síntomas de hipotermia tras pasar 45 minutos en el agua tratando de salir.

El padre del primero ha explicado al citado diario aragonés qué ocurrió: "Por una imprudencia, se bajó de la bici para intentar tocar el agua de un canal y se cayó. Su primo intentó ayudarle a salir pero también resbaló y cayó. Eran las ocho y media de tarde, estaba medio anocheciendo y aunque empezaron a gritar, no les oía nadie".

Entonces, Carlos Kevin sacó una cuerda que llevaba en el coche y logró rescatar a los menores. "Estaban helados de frío y como tenía ropa en el maletero, les di. Y cuando se quitaron la suya, tenían el cuerpo morado de la hipotermia", cuenta el canterano.

El padre de Miguel cataloga a Carlos y su amiga de "ángeles de la guarda": "Cuando nos llamaron para avisarnos de lo que estaba pasando en el canal fue el peor momento de mi vida. Para nosotros, Carlos Kevin y Dana son dos ángeles de la guarda. Fue un milagro porque si no llegan a pasar con el coche, media hora después hubiera habido una tragedia seguro por el frío que estaban pasando. Mi hijo pensó que no salían de allí".

"Cuando los vi abajo en el canal pensaba que no podía ser real, tenía el corazón a mil y se me puso la piel de gallina. Si no hubiéramos aparecido, ¿qué les podría haber pasado hasta que alguien los encontrara?", zanja el futbolista, que se ha convertido en todo un héroe en la localidad.