La Fiscalía ya ha presentado este viernes una denuncia contra el Barcelona y contra Josep María Bartomeu y Sandro Rosell, expresidentes del club, por los pagos de más de 7 millones de euros a Enríquez Negreira, quien fuera vicepresidente de los árbitros.

La denuncia también se dirige a Oscar Grau y Albert Soler, exdirectivos del Barça, y contra el propio Negreira.

En sus conclusiones la Fiscalía concluye que "el Barça mantuvo un acuerdo verbal con Negreira a fin de que realizase actuaciones tendentes a favorecer al Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el club, y así en los resultados de las competiciones".

Además, remarca que la designación de los árbitros para cada partido las hacía el CTA, donde Negreira era vicepresidente.

Unos pagos de más de 7,3 millones de euros entre 2001 y 2018. La Fiscalía sólo implica responsabilidad penal los años 2016, 2017 y 2018. En esa época Rossell y Bartomeu fueron presidentes del club.

Unos pagos que no fueron aprobados por nadie del club: "Supuso una auténtica remuneración no prevista en los estatutos del club ni aprobada por la Asamblea General. En definitiva, dichas percepciones no tuvieron soporte legal ni estatutario alguno".

La denuncia de la fiscal afirma que dos empresas de Negreira giraron facturas al Barça "sin que las mismas respondieran a ninguna prestación o servicios de asesoramiento técnico real", y concreta que facturó al Barça 2.971.673,01 euros entre 2014 y 2018.