Un acto antideportivo que envuelve a las mujeres y tenía como protagonistas a unas niñas por ganar un torneo de baloncesto en Estados Unidos ha generado mucha polémica.

Las Lady Jags obtuvieron la victoria en un torneo en la ciudad de Hoover, pero no les entregaron el trofeo. Según la organización, la causa por la que no se le entregó el premio a las chicas fue porque no se catalogó a la entidad antes de la competición como "un equipo de elite".

"Los miembros de los equipos de "élite" se seleccionan a mano en función de su nivel de habilidad. No pasan por la misma evaluación de talento que aquellos que participan en equipos de la liga regular. Por lo tanto, los equipos de 'élite' aceptan voluntariamente competir en niveles por encima de su rango de grado para garantizar una competencia justa para todos los atletas jóvenes", justificaron los representantes del ayuntamiento de Hoover.

Algo que los padres de las chicas no encuentran sentido teniendo en cuenta que el rival de la final era un equipo masculino que venía de disputar la liga regular. aunque, su entrenador Wes Russel sí defendió.

Jayme Mashayekh, una madre de las niñas denunció los hechos en sus redes sociales y mostró la indignación con varias preguntas exigiendo una explicación: "¿Disculpe? ¿Qué?' ¿Qué hicieron para ser descalificadas? ¿No pagaron sus cuotas? ¿No subieron el nivel de la competición? ¡¿Es porque son niñas?!. Efectivamente, estas niñas de quinto grado jugaron con todo su corazón, lo dejaron todo en el suelo y lucharon contra sus homólogos masculinos solo para que les dijeran que no cuentan con ellas", replicó.

Además de ello ha explicado como a principio de temporada les negaron el acceso gratuito a los gimnasios de Hoover para evitar que pudieran entrenar, y que debían aumentar su nivel: "Se les dijo que se mantuvieran juntas como equipo, que tenían que subir de nivel competitivo y jugar con los niños de quinto grado. Las chicas estuvieron en el medio del grupo durante toda la temporada perdiendo varios partidos muy cerrados por un punto. Jugar contra los niños fue un desafío".

Sin embargo, la mujer reconoce que esa discriminación desató las ganas por obtener la victoria en las niñas: "Las hizo mejores jugadoras y un mejor equipo".