Los toreros están hartos del trato que reciben por ejercer su trabajo. Insultos y espontáneos que se cuelan en el ruedo para impedir seguir toreando ha llegado hasta el punto que los los toreros se plantean organizar una manifestación para revindicar su derecho a torear.

“Estamos cansados de que nos traten como ciudadanos de segunda” dice Sebastián Castella. Padilla expresa su descontento “a menos de 30 metros nos llaman asesinos”. Nunca antes ha habido tantas movilizaciones antitaurinas.

Algunos como Enrique Ponce achacan esto a los nuevos gobernantes “con la llegada de los nuevos gobiernos lo utilizan como medida electoral” y añade "hay una cosa muy sencilla, tenemos nuestro derecho de trabajar y de torear".

Por eso preparan ya movilizaciones, dispuestos a opcupar algún lugar emblemático, al final de la temporada. De momento en España ya se han cerrado tres plazas de toros, dos en Barcelona, y una en A Coruña