La crisis, la austeridad, la dura realidad social y las convulsiones políticas y económicas nutren las letras de las canciones españolas. Cada vez más grupos musicales se suman a la canción protesta: Amaral, Vetusta Morla y el grupo de rap Los chikos del maíz son un ejemplo. "Si tienes un altavoz, ¿por qué no aprovechar para denunciar la situación social y política que vive España?", se pregunta Nega, vocalista de Los chikos del maíz.

Por eso está creciendo con más grupos cada día una plataforma que aglutina cantautores y artistas que quieren implicarse más con la realidad. Estos grupos políticos de denucia social han crecido y se han multiplicado desde que empezara la crisis. El mejor ejemplo es la fundación Robo, una plataforma nacida a partir del 15M para intentar aglutinar a los artistas españoles que quieren un cambio de sociedad.

Cantautores como Nacho Vegas forman parte de esta plataforma que pide que los artistas se impliquen más con la realidad. Denuncian que la música pop se evade de la realidad y debería contribuir más a cambiar y mejorar la sociedad. Llenan en sus conciertos con letras en las que denuncian la corrupción política, el poder de los bancos. "Durante muchos años la escena del pop prefirió mirar para otro lado", asegura Vegas.