El auge de las redes sociales ha hecho posible que cada vez sea más común que algunas personas encuentren a su 'doble' en algún lugar. La posibilidad de intercambiar instantáneas con gente de todo el mundo hace que ahora sea más fácil encontrar a alguien a quien nos parecemos sin tener ningún tipo de parentesco.

De hecho, cada vez existen más personas que simulan ser alguien famoso, como ha pasado recientemente con un vídeo que se ha hecho viral en el que un usuario simulaba ser Walter White de 'Breaking Bad' bailando 'Despechá' de Rosalía o como ocurrió cuando nuestros compañeros de 'Zapeando' descubrieron que tenían un 'doble' en la red.

Ahora, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, liderados por el Dr. Manel Esteller, han descubierto que las persones extremadamente similares, pero sin relación de parentesco, comparten algo más, y es que tienen en común características en los genes encargados de la formación de los rasgos faciales.

Esto explica, desde el punto de vista biológico, la aparición de 'dobles' en lugares remotos, y podría ayudar a la identificación de personas a partir del material genético, lo que sería de gran interés en la medicina legal y forense.

"La aparición de 'dobles' de una persona, como si fueran fotocopias, ha sido motivo de atención en las artes y la cultura popular, pero nunca había sido abordado desde el punto de vistas científico", explica el Dr. Esteller, profesor de Investigación ICREA y catedrático de Genética en la Universidad de Barcelona. Además, añade que "lo que han hecho ha sido recopilar el mismo material biológico de estos individuos extremadamente parecidos para ver si encontraban una razón objetiva de su similitud".

Según se detalla en el artículo publicado en la revista Cell Reports, las personas con parecidos razonables fueron sujetas a programas de reconocimiento facial que permitieron descubrir parejas de individuos que eran casi indistinguibles entre sí. Después se analizó su secuencia de ADN (genoma), su perfil epigenético (mecanismos de regulación del genoma) y su composición de microbios (microbioma).

Los resultados permitieron descubrir que los dobles humanos comparten variaciones similares de su ADN, particularmente en relación con los genes involucrados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, la barbilla y la frente. Dado que actualmente la población humana es de 7900 millones y está mucho más interconectada, cada vez es más probable que se produzcan y se conozcan estas repeticiones. Pero las similitudes van mucho más allá del rostro, tal y como apunta el Dr. Esteller: "fue curioso comprobar que el parecido de estas parejas de dobles no solo se ceñía a los rasgos faciales, sino que, además de afectar a otras propiedades físicas (altura y peso), también se extendía a ciertos rasgos del carácter y el comportamiento".

Esteller considera que este estudio puede abrir nuevas líneas de investigación en el futuro en varios campos y destaca que, por un lado, "proporciona las bases para que a partir del análisis de la imagen y la forma de la cara se puedan diagnosticar enfermedades genéticas" y, por otro, "permitiría reconstruir la cara de una persona desconocida a partir únicamente de una muestra de ADN, uno de los grandes desafíos de la medicina forense y criminalística".